Nació en Como (Lombardia). Benedicto Odescalchi fue sucesivamente soldado, protonotario apostólico y cardenal, siendo llamado a suceder a Clemente X en 1676.
Reformador severo, prohibió la usura en sus Estados, impuso a los obispos reglas austeras, promulgó leyes contra el excesivo lujo de las damas romanas, y pensó hacer una dura guerra contra el nepotismo de los papas.
Su reinado se vio turbado por las disidencias con Luis XIV, quien hizo publicar por la asamblea de obispos franceses (1682) la famosa Declaración del clero de Francia, y ordenó a su embajador en Roma, marqués Labardín, que defendiera aun a mano armada las franquicias de la embajada, que habían terminado por extender el derecho de asilo a todo un barrio de la ciudad. El papa anuló la declaración del clero francés, excomulgó a Labardín y rehusó las bulas a los obispos nombrados por el rey.
Trabajó mucho por la paz de Europa y tomó una parte importante en el tratado de Nimega (1698).
En 1687 condenó la doctrina de Molinos, autor del quietismo.
No invirtió el dinero en obras de arte, sino que todos los medios de que dispuso los empleó en la guerra contra los turcos. Tuvo el consuelo de ver la victoria alcanzada bajo las murallas de Viena (1683) por Juan Sobieski.
Pudo ver también, hacia el fin de sus días, como las cuestiones eclesiásticas de Francia tomaban mejor cariz: Luis XIV parecía arrepentido y hacía tentativas para reconciliarse con el papa.
Inocencio XI murió el 12 de agosto de 1689 y su memoria fue venerada por el pueblo.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945