Gracias por su visita, que nos brinda la oportunidad de expresar nuestra gratitud a Su Majestad Imperial Shahinsha Aryamer, así como nuestros fervientes deseos para él, para ustedes y para todo el pueblo iraní.
Vuestra patria representa un lugar importante en la historia espiritual de la humanidad, ya que ha sido punto de encuentro de los seguidores de las grandes religiones monoteístas desde la Antigüedad. Es cierto que la mayoría de los iraníes de hoy son musulmanes, pero los cristianos han estado presentes y activos en vuestro país desde sus orígenes, y Nos complace saber que todos estos adoradores de Dios viven en paz según sus tradiciones, y trabajan juntos bajo la alta guía de Su Majestad Imperial para el progreso humano y espiritual del pueblo iraní.
Conocéis los principios que inspiran a la Iglesia católica en este ámbito: el respeto de la conciencia personal y el rechazo de toda coacción o discriminación en relación con la elección de la propia fe, su práctica o el testimonio que se da de ella; la consideración y la estima de las tradiciones religiosas auténticas, porque vemos en ellas «rayos de esa luz que ilumina a todo hombre» (Cfr. Io. 1, 9; Nostra Aetate, 2). En particular, «los musulmanes que profesan la fe de Abraham adoran con nosotros al Dios único y misericordioso, futuro juez de la humanidad en el último día», como declaró solemnemente el Concilio Vaticano II (Lumen gentium, 16; cfr. también Nostra aetate, 3). Deseamos expresar también nuestra admiración por el florecimiento místico que ha aparecido en vuestra tierra.
Deseamos, por tanto, que el diálogo entre cristianos e islámicos llegue a buen término y que se intensifique la comprensión mutua, porque ésta es la condición indispensable para una colaboración eficaz al servicio de la humanidad y de la Verdad.
Esperamos que vuestro trabajo y las reuniones que estáis celebrando estos días con los expertos del Secretariado para los No Cristianos sean fructíferos, e invocamos sobre todos vosotros el Nombre de Dios Todopoderoso y Misericordioso.
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4 f. En varias religiones, cada una de las enseñanzas o doctrinas transmitidas oralmente o por escrito desde los tiempos antiguos, o el conjunto de ellas. Sin.: creencia, doctrina.
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adj. Acreditado como cierto y verdadero por los caracteres o requisitos que en ello concurren. Es un goya auténtico.
Sin.: verdadero, legítimo, cierto, genuino, original, probado, real1, fidedigno, seguro, justificado, acreditado, certificado, autorizado, puro, positivo, rajado.
Ant.: falso, inauténtico.
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APOSTASÍA REITERADA
https://pioxiivacantisapostolicaesedis.blogspot.com/2023/07/apostasia-reiterada.html
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