S.S. Pío XII
24 de agosto de 1939
Nada está perdido con la paz.
Todo puede perderse con la guerra.
Que los hombres vuelvan al entendimiento.
Que vuelvan a negociar.
Negociando con buena voluntad y respetando los derechos de los demás, se darán cuenta de que una negociación sincera y activa nunca está excluida de un éxito honorable.
Y se sentirán grandes -de verdadera grandeza- si imponiendo silencio a las voces de la pasión, tanto colectiva como privada, y dejando a la razón su imperio, habrán evitado la sangre de sus hermanos y la ruina de la patria.
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