VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

LOS AMIGOS DE LA CRUZ (San Luis Mª Grignion de Montfort) (6)


CARTA CIRCULAR A “LOS AMIGOS DE LA CRUZ”

SAN LUIS Mª GRIGNION DE MONFORT

Mis queridos Amigos de la Cruz, ¿sois vosotros por vuestras acciones lo que significa vuestro grandioso nombre? ¿O al menos tenéis un auténtico deseo y una verdadera voluntad de venir a serlo, con la gracia de Dios, a la sombra de la Cruz del Calvario y de Nuestra Señora de los Dolores? ¿Usáis los medios necesarios para conseguirlo? ¿Habéis entrado en el verdadero camino de la vida (Prov. 6, 23; 10, 17; Jer. 21, 8), que es la vía estrecha y espinosa del Calvario? ¿O es que camináis, sin daros cuenta, por el camino ancho del mundo, que conduce a la perdición (Mt. 7, 13-14)? ¿Ya sabéis que existe una vía que parece derecha y segura para el hombre, pero que lleva a la muerte (Prov. 14, 12)?


¿Sabéis distinguir bien entre la voz de Dios y de su gracia, y la voz del mundo y de la naturaleza? ¿Escucháis claramente la voz de Dios, nuestro Padre bueno, que, después de haber maldecido tres veces a cuantos siguen los deseos del mundo, «¡ay, ay, ay de los habitantes de la tierra!» (Ap. 8, 13), os llama con todo amor, tendiéndoos los brazos, «¡apartaos, pueblo mío!» (Núm. 16, 21; Is. 52, 11; Ap. 18, 4), pueblo mío elegido, queridos Amigos de la Cruz de mi Hijo; apartaos de los mundanos, que han sido maldecidos por mi Majestad, excomulgados por mi Hijo (Jn. 17, 9), y condenados por mi Espíritu Santo (16, 8-11)?


¡Cuidado con sentaros en su pestilente cátedra! ¡No acudáis a sus reuniones! ¡No vayáis por sus caminos (Sal. 1, 1)! ¡Huid de la inmensa e infame Babilonia (Is. 48, 20; Jer. 50, 8; 51, 6.9.45; Ap. 18, 4)! ¡No escuchéis otra voz ni sigáis otras huellas que las de mi Hijo bienamado! Yo os lo di para que sea vuestro camino, vuestra verdad, vuestra vida y vuestro modelo: «escuchadle» (Mt. 17, 5; 2 Pe. 1, 17).


¿Escucháis a este amable Jesús? Cargado con su Cruz, os grita: ¡«venid detrás de mí» (Mt. 4, 19), y seguidme, que «quien me sigue no anda en tinieblas» (Jn. 8, 12)! «¡Animo!: yo he vencido al mundo» (16, 33).

Continuará...




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