Los Obispos, residentes en Roma,
aplaudiendo el designio de S.S.Pío IX
de celebrar un Concilio Ecuménico.
Un extracto.
Sirva esta misma obra de vuestra providencia para poner nuevamente de manifiesto al mundo los inmensos beneficios que el Pontificado proporcionó en todos tiempos á la sociedad humana. Sepan todos que la Iglesia, por lo mismo que está fundada sobre solidísima roca, tiene la fuerza necesaria para disipar los errores, corregir las costumbres, reprimir la barbarie, y se llama y es verdaderamente la Madre del mundo civilizado. Sepa el mundo que en este ilustre ejemplo de autoridad divina y de obediencia debida a la misma, que ofrece la institución divina del Pontificado, está establecido y consagrado todo aquello que consolida los fundamentos y duración de las sociedades todas.
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