SAN VALENTÍN,
Mártir
Yo soy la luz del mundo: quien me sigue,
no anda en tinieblas sino que tendrá
la luz de la vida.
(Juan 8, 12).
San Valentín, en su prisión, rogaba a Jesús que iluminase a los gentiles con los rayos de su divina luz. Asterio, lugarteniente del prefecto de Roma, oyó su plegaria, y le prometió creer que Jesús es la luz del mundo, si devolvía la vista a su hija. Púsose el santo en oración, y restituyó la vista a la ciega con lo que, Asterio, con toda su familia, se convirtió. Algunos días después, Valentín fue azotado y, finalmente, se le cortó la cabeza.
ORACIÓN
Haced, os suplicamos, Dios omnipotente, que celebrando el nacimiento al cielo de vuestro bienaventurado mártir Valentín, obtengamos por sus oraciones ser librados de todos los males que nos amenazan. Por J. C. N. S. Amén.
MEDITACIÓN SOBRE LA GRACIA
I. La gracia de Dios se parece a la luz, en que, aquélla como ésta, se da a todos. A nadie la rehúsa Dios, y es suficiente para salvarnos si la queremos aprovechar. ¡Cuánto reconocimiento debemos a Dios, especialmente nosotros los cristianos, que hemos sido colmados de gracias! ¿Cuántas has recibido? ¿No han sido inútiles? Aprovecha las que Dios te acuerda; trabaja mientras te alumbra la luz. Agradece a Dios por sus mercedes, no sea que ciegues la fuente con tu ingratitud.
II. Tu inteligencia a menudo es iluminada por medio de estas gracias, que San Agustín llama rayos de la luz eterna. ¡Qué de veces Dios te ha hecho conocer claramente la vanidad del mundo y la solidez de los bienes del cielo! Alimenta esta luz celestial meditando con frecuencia las grandes verdades que la fe nos enseña.
III. Sería inútil esta luz si, después de haber iluminado la inteligencia, no excitase la voluntad a la práctica de las virtudes difíciles. Lo propio de la gracia es hacer obrar, enfervorizar el corazón del que la recibe, y disminuir las dificultades que suscita la virtud. ¿No es verdad que a veces te sientes atraído por Dios tan dulcemente que el sacrificio de ti mismo te parece fácil? Aprovecha los preciosos momentos de la gracia; son semejantes a una semillita que encierra un gran árbol: la eternidad depende de ese momento. (San Bernardo).
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index
SAN VALENTÍN,
Mártir
† decapitado hacia el año 269 en Roma
Patrono de novios; matrimonios; amor; jóvenes; viajeros; apicultores. Protector contra los desvanecimientos; epilepsia; plagas.
Yo soy la luz del mundo: quien me sigue, no anda en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8, 12)
+ En Roma, en la vía Flaminia, el triunfo de san Valentín, Presbítero y Mártir, que, siendo insigne por el don de curaciones y por la doctrina, fue apaleado y degollado por orden del César Claudio.
+ Allí mismo, el tránsito de san Cirilo, Obispo y Confesor; el cual, junto con su hermano san Metodio, también Obispo, cuyo tránsito se conmemora el 6 de Abril, trajo a la fe de Cristo a muchas naciones Eslavas y a sus Reyes. La fiesta de ambos se celebra el 7 de Julio.
+ En Roma también, los santos Mártires Vidal, Felícula y Zenón.
+ En Terni, san Valentín, Obispo y Mártir, a quien después de prolongados azotes, echaron en la cárcel; mas no pudiendo vencerle, sacáronle de ella en el silencio de la medianoche y le degollaron por orden de Plácito, Prefecto de la ciudad.
+ En Alejandría, los santos Mártires Cirión, Presbítero, Basiano, Lector, Agatón, Exorcista, y Moisés, todos los cuales, abrasados en la hoguera, volaron al cielo.
+ En Terni, los santos Próculo, Efebo y Apolonio, Mártires; los cuales, velando junto al cuerpo de san Valentín, presos de orden del Consular Leoncio, fueron muertos con la espada.
+ En Alejandría, los santos Mártires Baso, Antonio y Protólico, que fueron sumergidos en el mar.
+ También en Alejandría, los santos Mártires Dionisio y Ammonio, degollados.
+ En Nápoles de Campania, san Nostriano, Obispo, que fue insigne en defender la fe católica contra la herejía.
+ En Ravena, san Eleucadio, Obispo y Confesor.
+ En Bitinia, san Auxencio, Abad.
+ En Sorrento, san Antonino, Abad, que, retirándose del monasterio de Monte Casino, asolado por los Longobardos, a un lugar solitario de aquella ciudad, allí mismo, célebre en santidad, durmió en el Señor. Su cuerpo resplandece cada día con muchos milagros, principalmente en librar energúmenos.
+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.