SINCRETISTAS, Conciliadores. Se dio este nombre a los filósofos que trabajaron en conciliar las diferentes escuelas y sistemas de filosofía, y a los teólogos que se dedicaron a comparar la creencia de las diferentes comuniones cristianas. Poco nos importa saber si consiguieron su intento los primeros; pero nos es de la mayor utilidad el tener una idea de las diferentes tentativas que se hicieron, ya para conciliar los luteranos con los calvinistas, ó ya para reunir los unos y los otros con la Iglesia Romana.
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La doctrina cristiana fue revelada por Dios, y nadie puede ser cristiano sin la fe; por consiguiente ningún particular, ni sociedad alguna tienen facultades para modificar esta doctrina, ni para expresarla en términos vagos, susceptibles de un sentido ortodoxo sí, pero que puede también favorecer el error: ni añadir ni quitar nada por complacencia con sus sectarios socolor de moderación y de caridad.
Este es un depósito sagrado que se entregó a la salvaguardia de la Iglesia, y ésta debe conservarle y transmitirle a todos los siglos según le recibió y sin ninguna alteración.
En la 1. Epist. á Timot. cap. 6, v. 20, y en la 2. al mismo, cap. 1, v. 14: "nosotros no obramos, dice S. Pablo con disimulo, ni alterando la palabra de Dios, sino declarando la verdad, y por eso nos hacemos recomendables delante de Dios á la conciencia de los hombres."
Nuestros adversarios no cesan de declamar contra los fraudes piadosos, y ¿hay otro mas criminal que envolver la verdad con expresiones capciosas, capaces de seducir a los sencillos y hacerlos caer en el error? Este fue sin embargo el manejo que emplearon los sectarios siempre que trataron de conciliación.
Claro está que lo que en el día se llama entre ellos tolerancia y caridad, no es mas que un fondo de indiferencia respecto á los dogmas, esto es, res pecto á la doctrina de Jesucristo.