SILVESTRE II (999-1003)
Gerberto, natural de Aurillac (Auvernia), siendo bastante joven se trasladó a España, donde estudió entre los árabes y adquirió fama de hombre doctísimo. Conducido a Roma por un mecenas, despertó la admiración por su saber, y el emperador Otón II le concedió la abadía de Bobbio, donde abrió una escuela que se hizo famosa. Más, calumniado por ciertos señores de aquellos lugares, tuvo que refugiarse en Germania, de donde pudo volver, luego a Francia. Con la protección de Hugo Cápeto, fue nombrado para la sede de Reims, y luego Gregorio V le llamó a Italia para que ocupara la de Rávena.
El 2 de abril de 999 fue elegido Pontífice y tomó el nombre de Silvestre II; fue el primer papa francés, y su elección fue debida a Otón III, de quien había sido maestro.
Atendió en seguida a poner orden nuevamente en la Iglesia, ocupándose sobre todo en los nombramientos de los obispos y en hacer cesar graves discordias en Germania e Italia, dando siempre pruebas de gran sabiduría. Proveyó al esplendor del culto; alentó la institución del Jubileo; extendió a toda la Iglesia la solemne Conmemoración de los difuntos; estudió profundamente la difusión de las misiones, y reconoció a Esteban de Hungría como primer rey.
Papa de alma grande, atendió a las necesidades morales y religiosas de su tiempo; pero éste fue hostil a sus propósitos.
Otón volvió a Italia en el otoño del año 1000, más encontró la oposición de los romanos, que lo sitiaron en el Aventino, viéndose obligado a alejarse de Roma con el Papa y a retirarse a Rávena.
Murió en 1002, y Silvestre II, después de haber sido acogido nuevamente con gran júbilo por los romanos, murió el 11 de mayo de 1003.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945