"La Iglesia Romana cree firmemente, confiesa y predica
que ninguno que esté fuera de la Iglesia católica, no sólo pagano, sino aún judío o hereje o cismático, podrá alcanzar la vida eterna; por el contrario, que irán al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que antes de morir sean agregados a ella...
Y que por muchas limosnas que haga, aunque derrame su sangre por Cristo, nadie puede salvarse sino permaneciese en el seno y en la unidad de la Iglesia Católica"
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S.S. San Celestino ICONCILIO DE EFESO, 431 contra los nestorianos
De la Encarnación
[De la Carta II de San Cirilo Alejandrino a Nestorio, leída y aprobada en la sesión I]
ACOec. I, I 1, 25 s; cf. ibid. pars 2, 13; vol. II, 38; vol. III, 21; vol. V pars 1, 50; Msi IV 1138; Hrd I 1273; II 115; Hfl II 160, 185.
Dz:111a Pues, no decimos que la naturaleza del Verbo, transformada, se hizo carne; pero tampoco que se trasmutó en el hombre entero, compuesto de alma y cuerpo; sino, más bien, que habiendo unido consigo el Verbo, según hipóstasis o persona, la carne animada de alma racional, se hizo hombre de modo inefable e incomprensible y fué llamado hijo del hombre, no por sola voluntad o complacencia, pero tampoco por la asunción de la persona sola, y que las naturalezas que se juntan en verdadera unidad son distintas, pero que de ambas resulta un solo Cristo e Hijo; no como si la diferencia de las naturalezas se destruyera por la unión, sino porque la divinidad y la humanidad constituyen más bien para nosotros un solo Señor y Cristo e Hijo por la concurrencia inefable y misteriosa en la unidad... Porque no nació primeramente un hombre vulgar, de la santa Virgen, y luego descendió sobre El el Verbo; sino que, unido desde el seno materno, se dice que se sometió a nacimiento carnal, como quien hace suyo el nacimiento de la propia carne... De esta manera [los Santos Padres] no tuvieron inconveniente en llamar madre de Dios a la santa Virgen.
Anatematismos contra Nestorio
ACOec. I, I, 1, 40 ss; PL 48. 840 A ss; Msi IV 1081 D ss (gr.); H 312 ss; Hrd I 1291 E ss; cf. Hfl II 170 ss; Bar (Th) ad 439, 50 ss [7, 323 ss]. -- Nestorio fué condenado como «globalmente» y depuesto por el Concilio de Efeso, el 22 junio 431 [Msi IV 1211 C.]. -- Estos anatematismos que se añadieron a la Carta que ,San Cirilo y el Sínodo de Alejandría de 430 habían dado a Nestorio, los refirió y alabó el Concilio V [II de Constantinopla, como parte de las Actas del Concilio de Efeso; Msi IX 327 C s]. P. GALTIER, «Rech. de science rel.» 23 (1933) 45 ss, de. muestra que el Concilio de Efeso aprobó la Carta de San Cirilo puesta en 111 a, pero no ésta. Los anatematismos de Nestorio contra Cirilo, v. en Kch 796 ss.
- Dz 113 Can. 1. Si alguno no confiesa que Dios es según verdad el Emmanuel, y que por eso la santa Virgen es madre de Dios (pues dio a luz carnalmente al Verbo de Dios hecho carne), sea anatema.
- Dz 114 Can 2. Si alguno no confiesa que el Verbo de Dios Padre se unió a la carne según hipóstasis y que Cristo es uno con su propia carne, a saber, que el mismo es Dios al mismo tiempo que hombre, sea anatema.
- Dz 115 Can. 3. Si alguno divide en el solo Cristo las hipóstasis después de la unión, uniéndolas sólo por la conexión de la dignidad o de la autoridad y potestad, y no más bien por la conjunción que resulta de la unión natural, sea anatema.
- Dz 116 Can. 4. Si alguno distribuye entre dos, personas o hipóstasis las voces contenidas en los escritos apostólicos o evangélicos o dichas sobre Cristo por los Santos o por El mismo sobre sí mismo; y unas las acomoda al hombre propiamente entendido aparte del Verbo de Dios, y otras, como dignas de Dios, al solo Verbo de Dios Padre, sea anatema.
- Dz 117 Can. 5. Si alguno se atreve a decir que Cristo es hombre teóforo o portador de Dios y no, más bien, Dios verdadero, como hijo único y natural, según el Verbo se hizo carne y tuvo parte de modo semejante a nosotros en la carne y en la sangre (He 2,14), sea anatema.
- Dz 118 Can. 6. Si alguno se atreve a decir que el Verbo del Padre es Dios o Señor de Cristo y no confiesa más bien, que el mismo es juntamente Dios y hombre, puesto que el Verbo se hizo carne, según las Escrituras (Jn 1,14), sea anatema.
- Dz 119 Can. 7. Si alguno dice que Jesús fué ayudado como hombre por el Verbo de Dios, y le fué atribuida la gloria del Unigénito, como si fuera otro distinto de El, sea anatema.
- Dz 120 Can. 8. Si alguno se atreve a decir que el hombre asumido ha de ser coadorado con Dios Verbo y conglorificado y, juntamente con El, llamado Dios, como uno en el otro (pues la partícula «con» esto nos fuerza a entender siempre que se añade) y no, más bien, con una sola adoración honra al Emmanuel y una sola gloria le tributa según que el Verbo se hizo carne (Jn 1,14), sea anatema.
- Dz 121 Can. 9. Si alguno dice que el solo Señor Jesucristo fué glorificado por el Espíritu, como si hubiera usado de la virtud de éste como ajena y de El hubiera recibido poder obrar contra los espíritus inmundos y hacer milagros en medio de los hombres, y no dice, más bien, que es su propio Espíritu aquel por quien obró los milagros, sea anatema.
- Dz 122 Can. 10. La divina Escritura dice que Cristo se hizo nuestro Sumo Sacerdote y Apóstol de nuestra confesión (He 3,1) y que por nosotros se ofreció a sí mismo en olor de suavidad a Dios Padre (Ep 5,2). Si alguno, pues, dice que no fué el mismo Verbo de Dios quien se hizo nuestro Sumo Sacerdote y Apóstol, cuando se hizo carne y hombre entre nosotros, sino otro fuera de El, hombre propiamente nacido de mujer; o si alguno dice que también por sí mismo se ofreció como ofrenda y no, más bien, por nosotros solos (pues no tenía necesidad alguna de ofrenda el que no conoció el pecado), sea anatema.
- Dz 123 Can. 11. Si alguno no confiesa que la carne del Señor es vivificante y propia del mismo Verbo de Dios Padre, sino de otro fuera de El, aunque unido a El por dignidad, o que sólo tiene la inhabitación divina; y no, más bien, vivificante, como hemos dicho, porque se hizo propia del Verbo, que tiene poder de vivificarle todo, sea anatema.
- Dz 124 Can. 12. Si alguno no confiesa que el Verbo de Dios padeció en la carne y fué crucificado en la carne, y gustó de la muerte en la carne, y que fué hecho primogénito de entre los muertos (Col 1,18) según es vida y vivificador como Dios, sea anatema.
Dz 125 Determinó el santo Concilio que a nadie sea lícito presentar otra fórmula de fe o escribirla o componerla, fuera de la definida por los Santos Padres reunidos con el Espíritu Santo en Nicea...
...Si fueren sorprendidos algunos, obispos, clérigos o laicos profesando o enseñando lo que se contiene en la exposición presentada por el presbítero Carisio acerca de la encarnación del unigénito Hijo de Dios, o los dogmas abominables y perversos de Nestorio... queden sometidos a la sentencia de este santo y ecuménico Concilio...
Dz 127 Si algunos clérigos se apartaren también y se atrevieren a profesar en privado o en público las doctrinas de Nestorio o las de Celestio, también éstos, ha decretado el santo Concilio, sean depuestos.
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De las dos naturalezas de Cristo
[Del tomo de Gelasio Necessarium, sobre las dos naturalezas en Cristo, 492]
Dz 168 Como quiera, digo, que acerca de la Encarnación de nuestro Señor que, si bien en modo alguno puede explicarse, debe, sin embargo, creerse piadosamente con esta confesión: los eutiquianos dicen que sólo hay una naturaleza, esto es, la divina; y no menos Nestorio recuerda una sola naturaleza, es decir, la humana; si contra los eutiquianos hemos de afirmar dos, porque ellos toman una sola; consiguientemente, contra Nestorio que dice también una sola, predicaremos sin duda alguna haber existido no una sola, sino dos unidas desde su principio. Contra Eutiques que se empeña en afirmar una sola, esto es, la divina, añadimos convenientemente la humana, de suerte que le mostramos que allí permanecen las dos naturalezas de que consta este misterio singular; y contra Nestorio, que habla también de una sola, es decir, de la humana, no menos hemos de añadir la divina. Para que, por modo igual,, contra la una sola de él, mantengamos con veraz definición que en la plenitud de este misterio existieron dos naturalezas con los efectos primordiales de su unión y a unos y a otros, que, por modo diverso, declaman cada uno la suya, los vencemos, no a uno de ellos afirmando sólo una naturaleza, sino a los dos, por la unida propiedad de las dos naturalezas, de la humana y de la divina, la cual desde su principio permanece sin confusión ni defecto alguno.
Porque, si bien es uno solo y el mismo Señor Jesucristo, y todo Dios hombre y todo el hombre Dios, y cuanto hay de humanidad Dios hombre se lo hace suyo y cuanto; hay de Dios, lo tiene el hombre Dios; sin embargo, para que permanezca este misterio y no pueda disolverse por ninguna parte, así todo el hombre permanece lo que Dios es, como todo Dios permanece cuanto el hombre es...
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Dz 271 Can. 18. Si alguno, de acuerdo con los Santos Padres, a una 271 voz con nosotros y con la misma fe, no rechaza y anatematiza, de alma y de boca, a todos los nefandísimos herejes con todos sus impíos escritos hasta el último ápice, a los que rechaza y anatematiza la Santa Iglesia de Dios, Católica y Apostólica, esto es, los cinco santos y universales Concilios, y a una voz con ellos todos los probados Padres de la Iglesia, esto es, a Sabelio, Arrio, Eunomio, Macedonio, Apolinar, Polemón, Eutiques, Dioscuro, Timoteo el Eluro, Severo, Teodosio, Coluto, Temistio, Pablo de Samosata, Diodoro, Teodoro, Nestorio, Teodulo el Persa, Orígenes, Dídimo, Evagrio, y en una palabra, a todos los demás herejes que han sido reprobados y rechazados por la Iglesia Católica, y cuyas doctrinas son engendros de la acción diabólica; con los cuales hay que condenar a los que sintieron de modo semejante a ellos obstinadamente, hasta el fin de su vida, o a los que aún sienten o se espera que sientan...
Ampliar información donde se condena tanto a Nestorio como a Teodoro de Mopsuesta y a Diodoro de Tarso:
Dz 168, 171s, 202, 216,s, 223, 224s, 226s, 299, 710 y 1462
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Nota: desconozco si Isaac de Nínive adjuró del Nestorianismo o no, pero es obvio que la Gran Babilonia lo tiene por cismático y hereje Nestoriano al citar: "La inclusión de Isaac el Sirio en el Martirologio Romano prueba que la santidad no se detuvo con las separaciones y existe más allá de los límites confesionales."
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LA ENCICLOPEDIA CATÓLICA Vol. 8, 1910
ISAAC DE NÍNIVE
Obispo nestoriano de esa ciudad en la segunda mitad del siglo VII, consagrado por el patriarca nestoriano Jorge (660-80). Originalmente monje del monasterio de Bethabe en Kurdistán , abdicó por razones desconocidas después de un episcopado de sólo cinco meses, y se retiró al monasterio de Rabban Shapur, donde murió a una edad avanzada, ciego por el estudio y la austeridad. Hacia el final de su vida pasó bajo una nube de sospechas, ya que su ortodoxia nestoriana comenzó a ser sospechosa. Fue autor de tres tesis, que encontraron poca aceptación entre los nestorianos . Daniel Bar Tubanita, obispo de Beth Garmai (unas 100 millas al sureste de Mosul ), se sintió ofendido por sus enseñanzas y se convirtió en su ardiente oponente. No se conoce el contenido preciso de estas tesis, pero eran de un carácter demasiado católico para ser compatibles con la herejía nestoriana. A partir de una oración suya que se conserva, dirigida a Cristo, es ciertamente difícil darse cuenta de que su autor fuera nestoriano . Ansiosos por reivindicar a un escritor tan grande, los monofisitas falsificaron su biografía, situando su vida a principios del siglo VII, haciéndolo monje del monasterio jacobita de Mar Mattai y afirmando que se retiró al desierto de Scete en Egipto. Desde que Chabot descubrió el "Libro de la Castidad" de Ishodenah en 1895, los detalles anteriores de la vida de Isaac están fuera de toda duda , y todos los relatos anteriores deben corregirse en consecuencia.
Isaac fue un escritor ascético fructífero y sus obras fueron durante siglos el principal alimento de la piedad siria . Sólo se ha publicado muy poco del original siríaco: dos capítulos sobre los "Grados del conocimiento" y las "Cualidades esenciales de las virtudes" de Zingerle ("Monum. Syriaca", I, 1869, pp. 97-101), y tres diálogos de Chabot al final de su tratado "De Isaaci vita" (véase más abajo). Bickell hizo una traducción alemana de unos seis capítulos directamente del siríaco ("Biblioth. der Kirchenvat.", Kempten, 1874). Chabot ofrece una lista completa de las obras de Isaac en "De Isaaci vita" y "Notes sur la litt. Syr." en la "Revue Semitique" (1896), p. 254. Las obras de Isaac fueron traducidas tempranamente al árabe, etíope y griego. La traducción griega fue realizada por dos monjes de San Saba, Patricio y Abraham, y publicada por Nicéforo Teodoces bajo el título Tou hosiou patros memon Isaak. . . ta eurethenta asketika (Leipzig, 1870). Esta publicación, sin embargo, no representa ninguna obra precisa de Isaac, sino que es más bien un corpus asceticum , que contiene tratados, cartas, coloquios, todo en uno. Se han publicado dos recensiones latinas del mismo: la titulada "Sermones beati Isaaci de Syria" (Venecia, 1506) y la otra en el "Max. biblioth. vet. Patrum", XIII (Lyon, 1677). Esta última recensión se reimprime en Gallandi , XII, y nuevamente en Migne , PG, LXXXVI, 1, 811-86, y lleva el título "De Contemptu Mundi". Se atribuye erróneamente a Isaac de Antioquía, con quien a menudo se confunde a Isaac de Nínive. El latín sólo ofrece la mitad del contenido del griego, que a su vez ha sufrido numerosas manipulaciones. La larga carta a Simeón de Cesarea publicada en la Nov. Patr. Biblioth. de Mai , VIII, 3, forma el último capítulo del griego de Teodoro. Marius Besson publicó apotegmas de Isaac en griego en Oriens Christ., I (1901), 46-60. La traducción árabe de este corpus asceticum es mucho más completa que la griega y está dividida en cuatro libros. Los escritos de Isaac poseen pasajes de singular belleza y elevación, y recuerdan al lector a Tomás de Kempis.
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LA SALVACIÓN DE LOS NO CATÓLICOS
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