Mons. Louis Gaston de Ségur
LA SECTA CATÓLICO-LIBERAL
1875
El liberalismo católico es una peste perniciosisima porque coloca en la base de nuestras instituciones públicas principios cuyas consecuencias extremas, rigurosamente lógicas, conducen a espantosos horrores. El principio fundamental del liberalismo puede resumirse así: Ante la ley, el error tiene los mismos derechos que la verdad.
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De ahí también «la libertad de conciencia.»
Todas las religiones, dícese; tienen igual derecho al respeto. y a la protección de la ley. El mismo respeto, la misma protección para el Evangelio que para el Alcoran; igual respeto al cristiano que adora a Jesucristo, que al judío que lo blasfema; al católico que venera la santa Eucaristía, que al protestante que la pisotea; en fin, el mismo respeto para el mártir que para su verdugo.
Mons. Louis Gaston de Ségur
LA SECTA CATÓLICO-LIBERAL
1875
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Conciliábulo Vaticano II
Dignitatis humanae
Dignitatis humanae
2. Este Concilio Vaticano II declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos. Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural . Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil.
Todos los hombres, conforme a su dignidad, por ser personas, es decir, dotados de razón y de voluntad libre, y enriquecidos por tanto con una responsabilidad personal, están impulsados por su misma naturaleza y están obligados además moralmente a buscar la verdad, sobre todo la que se refiere a la religión. Están obligados, asimismo, a aceptar la verdad conocida y a disponer toda su vida según sus exigencias. Pero los hombres no pueden satisfacer esta obligación de forma adecuada a su propia naturaleza, si no gozan de libertad psicológica al mismo tiempo que de inmunidad de coacción externa. Por consiguiente, el derecho a la libertad religiosa no se funda en la disposición subjetiva de la persona, sino en su misma naturaleza. Por lo cual, el derecho a esta inmunidad permanece también en aquellos que NO cumplen la obligación de buscar la verdad y de adherirse a ella, y su ejercicio, con tal de que se guarde el justo orden público, no puede ser impedido.
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S.S. León XIII
Libertas
"La que llaman libertad de cultos,
es en tan gran manera contraria a la virtud de la religión."
es en tan gran manera contraria a la virtud de la religión."
"Así que, al ofrecer al hombre esta libertad de cultos,
[...]no es libertad, sino depravación de ella y
servidumbre del alma envilecida bajo el pecado."
[...]no es libertad, sino depravación de ella y
servidumbre del alma envilecida bajo el pecado."
"Para que todo esto fuera justo, habría de ser verdad que la sociedad civil no tiene para con Dios obligaciones algunas, o que puede infringirlas impunemente;
pero no es menos falso lo uno que lo otro."
pero no es menos falso lo uno que lo otro."
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