Al morir Clemente II, Benedicto IX pretendió nuevamente la sede papal y con la ayuda de los Tusculanos se entrometió en ella por espacio de ocho meses. Los romanos no quisieron condescender, y pidieron al emperador el nombramiento de Alinardo, obispo de Lyón: mas el emperador nombró a Poppo, obispo de Brixen, que tomó el nombre de Dámaso II. Conducido a Roma por Bonifacio, marqués de Toscana, por orden del emperador, Dámaso fue bien acogido del pueblo romano; mas 23 días después murió en Preneste. fue sepultado en San Lorenzo extra-muros.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
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