Mons. Gaume
Esta creencia, conservada fielmente a través de los siglos, ha sido objeto de los más grandes genios del Cristianismo y hasta de los hombres separados de la Iglesia, y todos han creído que la caída del Imperio Romano sería el preludio inminente del fin de todas las cosas.
Ya se comprenda por imperio romano, con la generalidad de los intérpretes, el imperio puramente temporal, desaparecido hace siglos ; ya, como opina Santo Tomás, se entienda también el imperio espiritual ejercido por el Pontífice romano sobre las naciones cristianas, ¿es posible dejar de ver hoy día, casi verificada la caída de este Imperio? ¿Y qué se ha hecho del poder espiritual del soberano Pontífice sobre las «naciones» cristianas? Para la parte protestante de Europa el Papa es el Anticristo, y para la otra un soberano «extranjero». ¿En qué reino, en que país, el Papa es aún el oráculo regulador, y Padre obedecido de los reyes y de las naciones?
Y podrán decirnos ahora : ya que la caída del imperio romano, signo tradicional de la última catástrofe debía comenzar después de su paso, ¿cómo ha podido anunciar el Ángel del juicio en su época con toda verdad que se acercaba el fin del mundo?
Así como las profecías de Nuestro Señor fueron tanto más claras, y tanto más completas las señales precursoras cuanto más se aproximaba la plenitud de los tiempos, del mismo modo los precursores del Anticristo le son más parecidos a medida que lo anuncian desde menos distancia.
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HISTORIA DE LA FAMILIA EN TODOS LOS PUEBLOS ANTIGUOS Y MODERNOS
Mons. Gaume
Mons. Gaume
1855
¿A dónde vamos a parar? Ojeada sobre las tendencias de la época actual
P.134
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