VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

EJERCICIOS ESPIRITUALES DE SAN IGNACIO DE LOYOLA (IV) por Aloysius Bellecius SJ



LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE SAN IGNACIO DE LOYOLA 
(Aloysius Bellecius SJ, Madrid, 1867). 


                                                                        AFECTOS .

He aquí los principales que se deberán excitar:

I. Un acto de fe creyendo firmemente : 1. ° que nuestro último fin y nuestro negocio esencial , único y el más grande de todos , es el servir á nuestro Criador , que con preferencia á tantos otros nos ha sacado de la nada con un amor infinito , y que nos ha enriquecido con dones tan excelentes , aunque había ya previsto nuestras ingratitudes y nuestros pecados : 2. ° que todas las otras criaturas no son sino medios establecidos por la divina Sabiduría para que lleguemos á este fin y para que acabemos felizmente este negocio.

II. Un acto de indiferencia por las cuatro clases de estados , de que habla S. Ignacio en el ejercicio del fundamento ; estando igualmente prontos á servir á Dios : 1. ° en el desprecio ó el honor ; 2.° en las comodidades ó en las miserias de la vida ; 3. ° en la enfermedad ó en la salud ; 4.º en una vida larga ó abreviada por los trabajos ; protestando que queremos también N. B. evitar y rechazar todo lo que nos aleje de nuestro fin y del cielo , y al contrario , padecer ó hacer todo lo que puede contribuir más eficazmente á conducirnos á él ; en una palabra , estando resueltos á elevarnos á aquel grado de perfección , á que conozcamos en estos Ejercicios que Dios nos llama.

Esta disposición se perfeccionará todavía por la fe práctica de las siguientes máximas del Evangelio : 1.º Más te vale entrar en la vida manco ó cojo , ó con un solo ojo , que ser precipitado en el fuego eterno con dos ojos , dos manos y dos pies : 2.º Más te vale perder uno de tus miembros , que el que todo tu cuerpo sea arrojado en el infierno : 3.º ¿ Qué aprovecha al hombre ganar el mundo entero , si pierde su alma ? O ¿ qué cambio dará el hombre por su alma ( 1 ) ? En una palabra , ¿ de qué me servirá haber vivido rico , honrado , dichoso , si con todos esos bienes me condeno ? ¿ Y qué habré perdido con vivir en el olvido , en la miseria , en la pobreza , en el desprecio , si con todos esos males llego á salvarme?

Sí , yo me atrevo á asegurarlo , actos frecuentes de una fe viva de estas verdades , producirán en nuestra voluntad esta saludable indiferencia que se nos recomienda , y nos dispondrán á detestar todo lo que nos aparte de nuestro último fin , y á abrazar todo lo que nos conduce á él .

III. Podrán también hacerse actos : 1.° de reconocimiento por el beneficio de la creación : 2. ° de dolor por el abuso de tantos medios de salvación que nos han sido dados , y por el mal uso de nuestros sentidos y de las facultades de nuestra alma : 3.º de amor hacia un criador tan benéfico : 4.º de firme propósito de tener siempre y en todas las cosas una intención pura : 5.° de esperanza y de deseo de poseer enteramente á Dios nuestro último fin . Sin embargo , observa el Directorio que es preciso detenerse poco tiempo en estos últimos actos ; toda vez que el principal fruto y el primer objeto de esta meditación no es el obtener ni la pureza de intención , ni el dolor de haber descuidado los medios de salvación , ó de haberse alejado de su último fin , sino solamente la indiferencia por la manera , sea cual fuere , con que Dios quiere que le sirvamos y que le probemos nuestra dependencia.

Todos nuestros esfuerzos durante la mayor parte de la hora consagrada á esta primera meditación , deberán , pues , encaminarse á adquirir esta virtud de indiferencia , y esta disposición de voluntad indicada más arriba por este signo : N. B. Si nuestra voluntad , demasiado tímida , no puede todavía elevarse hasta ese punto , concibamos al menos su deseo , y dirijamos al cielo votos ardientes para merecer este beneficio ; pero guardémonos bien de desanimarnos por las dificultades ; porque la gracia que en los momentos presentes se nos niega por muy buenas razones , nos será acaso concedida momentos después con usura , si no ponemos obstáculos , y si por una buena preparación nos hacemos dignos de ella .

( 1 ) Matth . , c . XVIII , v . 9 ; c . V, v . 29 ; c . XVI , v. 26 .

Continuará...