Cardenal Martín de Herrera
Pastoral del 15 de enero de 1902
Pero el medio más eficaz de defender la independencia del Papa, es la obediencia a su autoridad, no sólo en las cosas de fe y de moral, sino también en todo aquello que se refiere a la disciplina y gobierno de la misma Iglesia como ha enseñado el Concilio del Vaticano, porque sería imitar a los liberales, a los masones y a los librepensadores el poner límites a la extensión de los preceptos, exhortaciones y consejos del Papa, erigiéndose en censores los que deben ser sus defensores, y conmoviendo en sus cimientos el edificio de la Iglesia, cuya unidad es incompatible con la desobediencia.
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