LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
(Aloysius Bellecius SJ, Madrid, 1867).
LECTURA SOBRE EL PRIMER EJERCICIO , QUE S. IGNACIO LLAMA FUNDAMENTO. (Continuación)
II. No deben sorprendernos tales ejemplos , porque cuando nuestro espíritu ha llegado á convencerse plenamente de que no estamos sobre la tierra para gozar de las riquezas , de los honores , de los placeres y de las otras comodidades y ventajas temporales , sino para ganar el cielo por el buen uso ó tambien por el desprecio de estos bienes , nuestra voluntad no puede ménos de tener una santa indiferencia por las criaturas , no quiere ya absolutamente sino lo que puede conducirnos á nuestro último fin , y no se inclina á ningun objeto sino en cuanto lo cree propio para hacerle llegar á ese fin .
Disposicion bien razonable , toda vez que los medios considerados como tales , no tienen otra bondad que los haga dignos de nuestra eleccion y de nuestros deseos , sino la de ser el camino por el que llegamos á nuestro fin . No debemos , pues , buscarlos sino en cuanto nos conducen á él ; y pues que , segun nos enseña la fe , la gloria , las riquezas , los placeres del mundo , la salud ó larga vida no son sino medios y auxilios que Dios nos ha preparado para obrar nuestra salvacion ; síguese de aquí que todos esos bienes no son buenos ni apetecibles sino cuando sirven útilmente á la salvacion ; y que al contrario debemos temerlos como gravísimos males , si son un obstáculo á nuestro último fin. Es preciso , pues , que estemos en una total indiferencia respecto de ellos .
El obrero ve colgados en su taller los instrumentos de su profesion , sin dar la preferencia á uno más que á otro : no considera la materia , de que estan formados , solo fija su atencion en el uso que de ellos debe hacer ; y no de otra suerte debemos nosotros portarnos respecto de las cosas criadas , no inclinándonos con preferencia á ninguna de ellas , y no haciendo uso ó no absteniéndonos de las mismas , sino en cuanto nos ayudan ó nos sirven de impedimento en el negocio de la salvacion . Nos reiriamos sin duda de un hombre , que en lugar de servirse de una pluma ligera para escribir , quisiese neciamente emplear al efecto un cetro cargado de oro y de piedras preciosas ; ¿ pero es acaso menor locura el querer ir al cielo por los honores , las riquezas , y un camino sembrado de flores , habiendo Dios resuelto conducirnos por el desprecio , la pobreza , las penas y los trabajos ?
III . En efecto , ¿de qué me sirve haber gozado de una salud robusta , de una felicidad constante , y del brillo de los honores , si todas estas ventajas son seguidas de la eterna condenación? ¿Qué hay, al contrario , tan desagradable y molesto en la enfermedad , en la pobreza y en el desprecio , si estas pruebas aseguran la salvación ? ¿Qué perjuicio resulta ahora á Lázaro de haber vivido despreciado , de haber estado cubierto de llagas y úlceras , de haber sido arrojado con amenazas , como un vil animal , de las puertas del rico? ¿Y de qué sirve hoy al rico Epulón haber nadado entre los regalos y los tesoros , y haber agotado todos los goces de la vida? Lázaro es al presente consolado en el seno de Abrahan , y el rico está sepultado en los infiernos (1) .
( 1 ) Luc ., c . XVI.
Continuará...