Dom Innocent Le Masson
General de la Orden de los Cartujos
Pero para ayudaros a comprender mejor los remedios del escrúpulo, debemos también haceros saber cómo avanza, y para ello es bueno repetir algo de lo que hemos dicho sobre su origen.
Todo hombre razonable tiene disposición a tener escrúpulos debido a este instinto natural del sentido interior que alarma al alma cuando descubre el mal del pecado que se le acerca, ya sea verdadero o sólo aparente. Con lo cual, si el alma no hace buen discernimiento y sigue la falsa alarma, se encuentra en el error y muchas veces en escrúpulos.
Unos están más sujetos a los escrúpulos que otros, ya sea por las disposiciones naturales de su sentido interior, que percibe las cosas con más vivacidad y es más inquieto e inconstante en sus ideas, ya por las disposiciones naturales del corazón, que le hacen más tierno para recibir impresiones. Pero estas disposiciones se ven muy aumentadas por diversas circunstancias que muchas veces se unen, como las siguientes:
1° El error en la idea que el alma se ha formado de Dios.
2° La soberbia del espíritu que, acostumbrado a estimar sólo su propio sentido, lo sigue obstinadamente en detrimento de las opiniones que se le dan.
3° La comunicación con personas escrupulosas, cuyo espíritu oscila siempre entre el equilibrio y la vacilación, por lo que no saben tomar ni dar resoluciones firmes.
4° La falta de medida y moderación en los puntos de vista o ideas de la mente, yendo siempre a los extremos, tanto en la materia y el peligro del pecado como en la materia y la práctica de la virtud.
5° Ignorancia de las verdades morales y del verdadero significado de ciertos pasajes de la Sagrada Escritura, de donde proviene una gran preocupación en la mente de quienes no los comprenden bien; además, desconocimiento de lo que la razón puede o no puede en la parte inferior.
6° Sobre todo, el hábito adquirido de seguir los propios escrúpulos y de razonar con el propio espíritu en detrimento de los consejos del director, establece y aumenta este mal: pues este hábito hunde tan profundamente el escrúpulo en la imaginación y en la estima de la mente, que existe una herida cuya curación es muy difícil y muy rara.
Y ahora, según estas nociones generales, podremos indicaros más fácilmente cuáles son los remedios contra los escrúpulos, empezando por los más remotos.
Continuará...
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