Mons. Gaspard Mermillod
El ha colocado en la cumbre de las cosas de la Iglesia, en la cum bre y en los cimientos a la vez, a un anciano, a un príncipe al cual dijo: Tú eres Pedro, y sobre esta roca yo edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. En el Concilio hemos proclamado que este hombre, cuando enseña el dogma y la moral, es infalible porque es indispensable mantener al episcopado en el honor, en la verdad y en la dignidad.
Obispos de todos los países, como dijo san Vicente de Paúl, nosotros tenemos necesidad, cuando luchamos contra el despotismo de arriba o contra la demagogia de abajo, si nos sentimos débiles, tenemos el deber de interrogar a nuestro jefe y de apoyarnos en ese anciano. Con él, nada debemos temer porque sabemos que estamos con Dios, del cual es el Vicario; en la humanidad, de la cual es el Padre y en los 19 siglos, de los cuales es el heredero.
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