R. P. Antonino Eymieu S.J.
Jesús sigue siendo el rey del reino de las almas, pero Pedro será su mayordomo, él tendrá las llaves y nadie entrará en él si Pedro no abre. Pedro, el mismo a quien Jesús, después de su resurrección, decía: "Apacienta mis corderos, apacienta a mis ovejas", el rebaño entero. Jesús no quiere más que "un solo rebaño en un solo redil y bajo la guía del cayado de un solo pastor".
El es el "Buen Pastor", pero, al marcharse, confía su misión a Pedro, no a los doce que están con él, sino a Pedro, a él solo.
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