Abbé R. Beringer; Mons.Emile Bougaud(?)
Annales De L'Association Des Pretres-Adorateurs
Repertorio Universal del Predicador
Tomo XVIII
1931
Contemplad al Papa desde cierto punto y no veréis más que al hombre sujeto a todas las miserias, a todas las debilidades, a todas las contingencias; miradlo desde el otro lado y veréis a Jesucristo en su verdad, en su autoridad, en su santidad y en su poder.
Como la Eucaristía, el Papado es, pues, un misterio de fe, myste- rium fidei. ¿Qué vemos en la Eucaristía si no nos acompaña la fe? Pan, nada más que pan. ¿Qué veremos en el Papa si no lo miramos con fe? Un hombre, nada más que un hombre. Ante los ojos de la fe el velo se entreabre, desaparecen las sombras y vemos a Jesucristo oculto tras el pan, allá, tras la apariencia del hombre.
Ahora, sin dificultad alguna, podemos darnos cuenta de las estrechas relaciones que unen a esas dos instituciones entre sí, esas instituciones que perpetúan la Presencia de Cristo en el seno de la humanidad y que sirven de fundamento a la Iglesia: instituídas con el mismo fin, dependientes una de otra en su existencia, las dos hechas de luz y de sombra, esos dos sacramentos tienen algo más que analogías entre ellos; tienen una sorprendente identidad.
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