San Alberto Magno
Mariale, quest. 197
Concedemos también que su Hijo la antecedió en todos los privilegios; pero esto no disminuye la honra de la Madre, sino que la exalta, por haber engendrado un Hijo, no sólo igual, sino infinitamente mejor. Lo cual también lleva al infinito en cierto modo la excelencia de la Madre, pues todo árbol se conoce por sus propios frutos; y por tanto, si la bondad del fruto bonifica al Árbol, la infinita bondad del fruto también manifiesta la bondad del árbol.
LECCIONES MARIANAS
P.Ramón J. de Muñana
TOMO I p 199
TOMO I p 199
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