VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

DONDE ESTÁN PUESTOS LOS FUNDAMENTOS DE LA VERDADERA FE

Esteban
Obispo de Dora

"¿Quién nos dará alas de paloma para que podamos volar y comunicar esto a tu Sede suprema, que gobierna y está sobre todo, para que la herida sea curada enteramente? Por esto el gran Pedro, Cabeza de los Apóstoles, ha acostumbrado a tratar con poder desde antiguo, por su autoridad apostólica o canónica; ya que manifiestamente no sólo él era el único entre todos los considerados dignos de que se le confiaran las llaves del reino de los cielos, para abrirlas y cerrarlas, dignamente a los creyentes, pero justamente a los incrédulos del Evangelio de la Gracia. Por no decir que él fue el primero en encargarse de apacentar las ovejas de toda la Iglesia Católica, porque Él dice: "Pedro, ¿me amas? Apacienta mis ovejas". Y nuevamente, de una manera especial y peculiar para él mismo, teniendo una fe más fuerte que todos en Nuestro Señor, e inmutable, para convertir y confirmar a sus compañeros y hermanos espirituales, cuando fueron sacudidos por la duda, habiendo tenido el poder y la autoridad sacerdotal confiados providencialmente a él por el mismo Dios Encarnado para nuestro bien. Sabiendo lo cual, Sofronio, de bendita memoria, Patriarca de la santa ciudad de Cristo nuestro Dios, me puso en el Santo Calvario, y allí me ató con lazos indisolubles, diciendo: "Darás cuenta a nuestro Dios, que en este lugar sagrado fue voluntariamente sacrificado en la carne por nosotros, en Su gloriosa y terrible aparición, cuando juzgará a los vivos y a los muertos, si demoras y descuidas Su Fe en peligro: aunque yo, como sabes, no puedo hacer esto personalmente, por la invasión de los sarracenos, que han irrumpido sobre nosotros por nuestros pecados. Ve, pues, con toda rapidez de un extremo a otro de la tierra, hasta llegar a la Sede Apostólica, donde están puestos los fundamentos de la verdadera fe. No una, ni dos, sino muchas veces, haz saber con precisión a los hombres santos de allí lo que se ha suscitado entre nosotros, y no dejes de suplicar y pedir con fervor, hasta que, con su sabiduría apostólica, lleven el juicio a la victoria.'"

Petición de Esteban, obispo de Dora, primer miembro del Sínodo del Patriarca de Jerusalén, leída en el Concilio de Letrán del Papa Martín (649 d.C.).
2. Mansi, X. 894.

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S.S. San Martín
Concilio de Letrán

Thomas W. Allies, 
La Sede de San Pedro, pp. 140-142.

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