S.S. Pío IX
Tres años más tarde (de definir el dogma), con ocasión de una visita de Pío IX al asilo de Imola, fundado por él durante su episcopado en esta ciudad, la superiora de la casa se atrevió a preguntarle, cuáles habían sido sus sentimientos al definir el dogma de la Concepción Inmaculada de María. El Santo Padre se dignó contestarla:
"No tuve éxtasis ni visión; pero lo que yo entonces sentí, no hay lengua que lo pueda expresar... Cuando llegué a las palabras de la definición, Dios comunicó a mi voz, antes débil, tal fuerza y vibración, que su eco resonó poderoso en toda la basílica. Este socorro de lo alto me impresionó de tal manera, que me ví forzado a detenerme un instante,. para dar libre curso a mis lágrimas. El Señor infundió en mi espíritu un conocimiento tan claro y extenso de la pureza incomparable de María, que mi alma se sintió inundada de inefables delicias. No hay dicha, no hay placer aquí abajo, que pueda dar de ello la menor idea."
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LECCIONES MARIANAS
P.Ramón J. de Muñana
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