L'Année liturgique
Por tanto, nos corresponde a nosotros, sacerdotes y fieles, preguntarnos sobre la fuente de la que nuestros pastores obtuvieron su poder, la mano que les entregó las Llaves. ¿Su misión emana de la Sede Apostólica? Si es así, vienen de Jesucristo, que les confió su autoridad por medio de Pedro; honrémosles y sometámonos a ellos. Si vienen sin ser enviados por el Romano Pontífice, no nos unamos a ellos, pues Cristo no los conoce. Aunque estén revestidos del carácter sagrado conferido por la unción episcopal, no son nada en el Orden Pastoral; las ovejas fieles deben mantenerse alejadas de ellos.
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