VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

EL PAPA ES EL SACRAMENTO DE LA VERDAD

Abbé R. Beringer; Mons.Emile Bougaud(?)
Annales De L'Association Des Pretres-Adorateurs
Repertorio Universal del Predicador
Tomo XVIII
1931

No, hermanos míos, esto no es posible; si en el Tabernáculo no encontramos al Jesucristo que habla y enseña es porque debemos buscarlo en otra parte.

¡En otra parte! Efectivamente. Está en el Vaticano; es el Papa.

¿Puede, pues, la Eucaristía prescindir de su complemento, el Papado? ¿Podría, por sí sola, enseñar la verdad y evitar el error? ¿Será ella la que mantendrá la luz divina en el mundo? ¿Será ella la que cor- tará las controversias y proporcionará a las almas, turbadas por los ata- ques y los sofismas del error, la tranquila seguridad de su fe?

No, no; Jesucristo está mudo en la Eucaristía; el Jesucristo que habla es el Papa. El Cuerpo y la Sangre del Salvador que santifican a las almas están en el santo altar; la verdad infalible que las guía está en el Vaticano.

Precisamente por no haber querido reconocer al Cristo enseñante que hay en el Papa, es porque las iglesias cismáticas y heréticas han perdido el depósito de la verdad; algunas, por lo menos en su origen, pudieron conservar la persona de Jesucristo en el Sacramento, pero no supieron conservar la verdad divina porque rechazaron el Sacramento de la verdad: el Papado.

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