Mons. Jean-Joseph Gaume
XII - ¿POR QUÉ EL PAPA ESTÁ TAN ABANDONADO?
Así las cosas, parece que bajo el cielo de Europa no debería encontrarse un solo hombre o una sola mujer que no se preocupe por el Papa y por el Papa-Rey, como todos se preocupan y deben preocuparse por el cristianismo, la civilización, su dignidad personal, su libertad, su fortuna, y su seguridad.
Pero la realidad es otra. El Vicario del Hijo de Dios, como el mismo Hijo de Dios en el pasado, es hoy traicionado por unos y abandonado por otros: relicto eo, omnes fugerunt. Un vacío se ha formado a su alrededor y recorre su doloroso camino en medio de la indiferencia de las naciones.
¿Cuál es la causa de esta monstruosa indiferencia, siniestro presagio de catástrofes sin nombre? No nos gusta lo que no sabemos. Ahora bien, ¿quién es menos conocido que el Papa, incluso entre los Católicos? Saben del Papa que es cabeza de la Iglesia, que instituye obispos y que canoniza Santos.
Pero el lugar que ocupa el Papa en el mundo; la obediencia filial que le deben los reyes y el pueblo; la influencia indispensable de su acción, tanto en el orden temporal como en el orden espiritual; los inmensos beneficios a los que la humanidad está en deuda; la necesaria independencia de su Sede: ¿qué saben de todo esto las generaciones modernas? Nada.
¿De quién es la culpa? A riesgo de cansar algunos oídos, no nos cansemos de proclamar la verdad. Nos dirigimos a todos aquellos que han completado sus estudios clásicos, y la sociedad a imagen de sus estudios, y les preguntamos si alguna vez han tenido en sus manos un solo libro griego, latín, francés, histórico, científico, filosófico u otro, que responda con seriedad y verdad a esta pregunta fundamental: ¿para qué sirve el Papa?
¿No podemos cada uno de nosotros decir con toda verdad: “sabemos de memoria los diversos roles de todos los dioses del paganismo; las luchas de los patricios y los plebeyos; las decisiones más o menos importantes del Senado y del Areópago; los hechos, gestos y dichos de Alejandro, César, Sócrates y Cicerón.
Pero de la necesidad social del Papa; pero de las heroicas luchas de los Papas a favor de la libertad de los pueblos; pero de los beneficios de los Papas; pero de las victorias de los Papas sobre la fuerza brutal y la barbarie; pero de la gran sabiduría de los Papas en el gobierno del mundo: ¿quién nos ha hablado alguna vez de ello?
Toda nuestra educación clásica, histórica, literaria, jurídica, política y a veces incluso teológica es indiferente u hostil al Papado. ¿Es sorprendente que ante la presencia de nuestros enemigos nos mostremos indiferentes, mudos, desarmados? Somos aquello para lo que fuimos creados. Si somos culpables, más culpables son quienes nos hicieron lo que somos".
Continuará...
*** *** ***