VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

EL DEMOCRATISMO, IDEOLOGÍA CONTRARIA AL CATOLICISMO

Democratismo ≠ Democracia


Rousseau
&
Marc Sangnier

EL DEMOCRATISMO, IDEOLOGÍA CONTRARIA AL CATOLICISMO

LA DOCTRINA PONTIFICIA FRENTE A LA HETERODOXIA CONTEMPORANEA
Ensayo de una sistematización de las ideologías actuales contrarias a la doctrina cristiana

Como la más lógica consecuencia del igualitarismo pactista de ROUSSEAU, puede presentarse el conjunto doctrinal sobre Estado y Derecho que llamaremos Democratismo. Consiste en una exageración y transposición de la democracia, forma política que, de su verdadero papel de ser uno de los modos de designar la persona de la autoridad, pasa a ser, según sus secuaces, el único título admisible para el ejercicio del poder público. Su filiación pactista aparece con sólo considerar que mientras ROUSSEAU pone en la manifestación consensual de los gobernados el establecimiento del gobierno, para los democratistas no es legítimo ningún acto del poder sin previa delegación o posterior aprobación de los gobernados por medio de sus órganos representativos.

A donde conduce esta hiperestesia democrática, bien claro lo demuestran recientes acontecimientos. O bien, en un fetichismo legalista queda el poder imposibilitado de actuar frente a sus enemigos interiores o exteriores, o en un renacimiento verdaderamente popular y democrático, el gobierno asistido por la opinión nacional, obtiene plenos poderes, no de otro modo que en Roma surgía oportunamente la dictadura, para salvar la República.

Así la realidad, por encima de falsas construcciones ideológicas reclama sus fueros, y la democracia representativa queda reducida por la necesidad histórica al modesto papel de uno de los modos de conferir la autoridad, admitido siempre por la doctrina católica, en vez de ser título único para el ejercicio del poder como quieren los secuaces del democratismo.

Este Democratismo primordial fué sintetizado por MARC SANGNIER al decir que la autoridad de un modo necesario y estable sólo reside en el pueblo, cuyos mandatarios son los reyes y magistrados"; y en cuanto frecuentemente enraizado en un igualitarismo resentimental, ha sido así certeramente estigmatizado por ORTEGA Y GASSET:  "No es lícito ser ante todo demócrata porque el plano a que la idea democrática se refiere, no es un primer plano. no es un ante todo. La política es un orden instrumental y adjetivo de la vida, [....] Pura forma jurídica, al hacer de ella el principio integral de la existencia, se engendran las mayores extravagancias".

Pero mucho antes que los intelectuales laicos diesen la voz de alerta sobre el peligro del abuso democratista, la Iglesia católica, por la voz de su supremo magisterio, había establecido firmemente lo que en el ideal de la democracia había de peligroso y lo que en ella era admisible. Así LEÓN XIII dice:  "muchos modernos siguiendo a quienes en el siglo XVIII se dieron el nombre de filósofos declaran que todo poder viene del pueblo; que en consecuencia quienes ejercen el poder en la sociedad, no lo ejercen por su propia autoridad; sino con una autoridad en ellos delegada por el pueblo, y con la condición de que pueda serles revocada por la autoridad del pueblo de quien la reciben. Completamente opuesto es el sentir de los católicos que hacen derivar el derecho de mandar de Dios, como de su principio natural y necesario. Importa llamar la atención sobre que quienes presiden el gobierno de la cosa pública, pueden perfectamente en ciertos casos ser elegidos por la voluntad y juicio de la multitud, sin repugnancia ni oposición con la doctrina católica. Mas si esta elección designa el gobernante, ni le confiere la autoridad de gobernar, ni le delega el poder; sino tan sólo designa la persona que será investida del mismo".

A esta maravillosa síntesis del concepto católico de la democracia, añade más adelante el sabio Pontífice (León XII): "en el orden político y civil las leyes tienen por fin el bien común, dictadas. no por la voluntad, ni por el falaz juicio de la muchedumbre; sino por la verdad y la justicia"; y proféticamente advierte:  "si la democracia se entrega a la revolución y al socialismo; si engañada por locas ilusiones, se deja llevar por reivindicaciones destructoras de las leyes fundamentales sobre las que reposa todo orden social, el inmediato resultado para la misma clase obrera será la esclavitud, la miseria y la ruina."

Y Cuando Pio XI expone los estragos del partidismo político, hace notar que los excesos de este son "más graves donde el pueblo, como en las modernas formas estatales, más ampliamente participa en su gobierno. La doctrina de la Iglesia no reprueba tales instituciones políticas -ni más ni menos que cualesquiera otras ajustadas a derecho y razón-; pero es manifiesto que con más facilidad que las demás, se prestan al juego desleal de las facciones."

Sería sin embargo sobremanera injusto extender la condenación de este exagerado democratismo a toda ideología propugnadora de una política democrática o mejor dicho demofilica. Ya DE MAISTRE, ecuánime y ponderado, distinguía entre los abusos de la Revolución francesa y el fundamento racional

y lógico de un gobierno sabiamente provisto de órganos representativos: "Seguramente no me agradan las asambleas populares; pero las locuras francesas no deben hacernos aborrecer la verdad y la discreción que se encuentran en los órganos elegidos. Si hay una máxima incontestable, es que en todas las sediciones el pueblo comienza siempre por tener razón y acaba por no tenerla.... Porque las proposiciones exageradas de la nueva constitución francesa son falsas, ¿síguese acaso que no exista el derecho de hablar en pro del bien común, a nombre de la comunidad? ¿Se nos va a prohibir tener razón nosotros porque los franceses hayan realizado un acto de locura?" 

Ese elemento fecundo del sistema democrático y representativo es el que, en defensa de sus ideales han querido utilizar tantos beneméritos católicos como desde MONTALEMBERT hasta DOM STURZO, han acudido a la liza política para cristianizarla y hacer oír en ella las doctrinas del Divino Maestro eternamente aplicables a todas las circunstancias. Esperaban y luchaban para que un día fueran realidad las palabras de LEÓN XIII: "Si la democracia se inspira en las enseñanzas de la razón iluminada por la fe; si manteniéndose en guardia contra engañosas teorías subversivas, acepta con religiosa resignación y como un hecho necesario la diversidad de clase y condiciones sociales; si en la búsqueda de las posibles soluciones a los múltiples problemas sociales que diariamente surgen, no pierde ni un solo momento de vista las reglas de esa caridad sobrehumana que Jesucristo declaró ser la nota característica de los suyos; si en una palabra la democracia quiere ser cristiana, traerá un porvenir de paz, de prosperidad y de dicha."

Hoy, en que está de moda el menosprecio por el régimen democrático y representativo, son muchos los apóstatas de su antigua fe que hacen coro a los antiguos precursores integristas del XIX en sus denuestos a la democracia cristiana. Mas en justicia nadie podrá estimar ni injusto el examen, ni apasionado el siguiente juicio que de la obra de esos hombres de buena voluntad, hace

GONZAGA DE REYNOLD: "La democracia para los liberales y demócratas cristianos, es la justicia y la caridad cristiana aplicada a todo un pueblo por medios políticos y sociales. Se ama al pueblo en Dios y por Dios. Sin el cristianismo la democracia es la peor forma de gobierno; con el cristianismo puede ser la mejor. Así han amado al pueblo los demócratas y populistas; han considerado la democracia como un apostolado. Hasta en las ideas más anticristianas han buscado y descubierto gérmenes cristianos. Han practicado así la justicia y la caridad bajo su forma más difícil y más necesaria: la forma intelectual. Si se han engañado políticamente, si han empeñado a veces a la religión en sendas peligrosas, si han cometido el error de identificar el cristianismo con la democracia, como sus padres lo cometieron al identificarlo con la monarquía, es porque no lo podían prever todo. Podrán pues no aceptarse sus conclusiones políticas, pero hay que inspirarse en su espíritu y su ejemplo.

El servicio que han rendido a la democracia es haber tenido de ella una concepción moral y social más que política. Su idea fundamental es la solución corporativa, la organización profesional. Sacaron la democracia del espíritu de la revolución francesa para anclarla en el orden social. Si adoptaron la democracia política es porque la juzgaron el mejor medio de lograr su ideal. Pero la democracia política no es lo esencial de ese ideal" .

Fracasada desde su primera aplicación práctica la doctrina, pactista, y demostrado, con la ineficacia del democratismo puro, lo erróneo de su confusión prístina del medio como fin, la ideología subjetivista en lo jurídico se ha refugiado en dos nuevas formas mas pulidas y menos tajantes del liberalismo, el Humanismo y el Estimativismo.




LA DOCTRINA PONTIFICIA FRENTE A LA HETERODOXIA CONTEMPORANEA
Ensayo de una sistematización de las ideologías actuales contrarias a la doctrina cristiana

F. JESÚS DE SEGOVIA

Nihil obstat
Mexici 1 Maii 1944
SERGIUS MENDEZ ARCEO

Imprimatur
Mexici 15 Maii 1944.
ALOYSIUS MA.
Archiepiscopus Mexicanus

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Felipe Lesmes Zafrilla
Canónigo de Sigüenza

...y por eso el Gobierno es de derecho natural, pero no la forma de Gobierna. Y así decir que Dios instituyó esta ó la otra forma, vinculando a ella su autoridad, era tanto como condenar las demás; cosa, además de falsa, nada conveniente a una Religión que obedece a todo Gobierno bajo diversas formas que su carácter de Católica le hace encontrar en todo el mundo.



...sea la que quiera la forma de Gobierno; y por eso la naturaleza y la Religión nos mandan obedecer á las autoridades de Rey, Emperador, Senado, República, &c. Por lo mismo las preguntillas de ¿Qué mas tiene el Rey que yo? ¿ nació con mas ojos, mas estatura? son preguntas de un ignorante, ó de un malvado, ó todo junto. El Rey es cuerpo vegetal, es sensitivo, es hijo, ó padre, ó esposo; es ciudadano, y como tal nada tiene, nada debe tener, puede tener menos que nosotros; pero además de todo esto, es un sujeto donde reside la potestad civil, es Rey, y como tal lleva la espada para defensa de los buenos, y para temor y castigo de los malos. Es Rey, y por eso es un objeto de odio para los que temen el castigo, y de amor para los que ven en él un poder concedido para consuelo y provecho de la sociedad. Por lo mismo la naturaleza y la Religión condenaron siempre la rebelión, la desobediencia, el regicidio como los crímenes mas abominables...



Carta IX, 
sobre la formación de la Sociedad civil, 
y el modo con que la ley eterna unió sus elementos...
BIBLIOTECA DE RELIGIÓN TOMO XXII

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