30 de agosto del Año del Señor
SANTA ROSA
DE LIMA,
PATRONA PRINCIPAL DE
IBEROAMÉRICA.
Una virgen se ocupa de las cosas del Señor,
a fin de ser santa de cuerpo y alma.
(1 Corintios, 7, 34).
Rosa de Santa María, (1586-1617) llamada así por la virginal hermosura de su rostro, pues su nombre de pila era Isabel, fue la primera flor de santidad que produjo la América española. Nació en Lima, Perú, de padres de origen español y modestos de condición. Desde su más tierna edad, Rosa experimentaba una atracción cada día más desbordante hacia la santidad, la virginidad, la devoción, el amor al retiro, un extraordinario espíritu de penitencia. Sus padres deseaban un ventajoso matrimonio dada la belleza de su hija, pues verdaderamente era deslumbrante. Con ese fin, le hacían frecuentar fiestas y banquetes para llamar la atención de los jóvenes más ricos de la ciudad. Rosa obedecía pero sabía sacar provecho de estas fiestas. Debajo de su diadema de rosas colocaba un casquete con pinchos, en forma de corona de espinas. Y bajo sus vistosos vestidos colocaba cilicios y otros instrumentos para macerar su cuerpo. En 1616, a los 24 años, vistió el hábito negro y blanco de la Tercera Orden de Sto. Domingo. Desde entonces todavía progresó más a pasos agigantados por el camino de la perfección. Aseveró su confesor que, "Jamás, ni de día ni de noche, perdía la presencia de Dios en su corazón y que su alma nunca fue mancillada por el pecado venial". El Señor le concedió la gracia de repetir en sí misma los atroces dolores de la Pasión de Cristo. En medio del dolor gritaba: "Aumentadme el dolor, pero, Dios mío, dadme paciencia". Murió el 24 de agosto de 1617 a la edad de 31 años, admirada en toda Lima y querida ya en todo Perú. S.S. el Papa Clemente X la canonizó en 1671, siendo la primera santa americana que llegó a los altares. En la Argentina ha sido establecido este día "como Fiesta nacional de Acción de gracias a la divina Providencia, por los beneficios conferidos a la Nación".
ORACIÓN
Oh Dios poderoso, dispensador de todos los bienes, que habéis provisto a la bienaventurada Rosa con el rocío de la gracia celestial, y que la habéis hecho brillar en América con el fulgor de la virginidad y de la paciencia, concedednos la gracia a nosotros servidores vuestros, de correr tras el olor de sus perfumes, y merecer así llegar a ser un día el buen olor de vuestro Hijo, que, con Vos y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SANTA ROSA
I. Trata al menos de encontrar todos los días un momento libre para dedicarte, en la soledad, a la meditación y a la oración. Ama a tus padres por Dios, y los servicios que les hagas, figúrate que los haces al mismo Jesús. Así pensarás en El sin cesar.
II. San Agustín, hablando de Cristo y de la Iglesia, su Esposa inmortal, dice que son dos en una sola y misma pasión. Así debe ser en cuanto a la unión del alma con Jesucristo. Para agradar al Esposo, es menester hacerse semejante a Él; por eso Santa Rosa practica las penitencias más rigurosas, y lleva en la cabeza un aro de hierro con agudas puntas en su parte interior, semejante a la corona de espinas. Para gozar de los castos abrazos del Esposo, se debe despreciar la propia carne. (San Jerónimo).
III. Sacrificar la carne y sus concupiscencias es poco todavía. Mira a Santa Rosa. Ya la pruebe la enfermedad, ya Dios le retire sus consolaciones, a todo se resigna. Lo único que pide a su Esposo, es que aumente su amor en proporción a los sufrimientos que padece. ¡En cambio nosotros nos impacientamos ante la menor contrariedad, nos abatimos ante la menor prueba! Avergoncémonos de nuestra cobardía y adoptemos la resolución de sufrir, por lo menos con paciencia, los males que no podemos evitar. Estáis prometidos a Cristo, le habéis consagrado vuestra voluntad. (Tertuliano).
*Así es, mis queridos hermanos. Hoy son muchos los que buscan consolaciones y éxtasis divinos, pero muy pocos los que están dispuestos a sufrir con Jesús y soportar las contrariedades y humillaciones que Dios nos quiera enviar para purificarnos de nuestros pecados y culpas pasadas y presentes. Nos hemos convertido en hijos caprichosos de este siglo desgraciado, donde el paganismo y la apostasía más rampantes campan a sus anchas sin nadie que se les oponga, y lo que es más grave, alentados y promovidos por el vicario de Satanás, el impío Bergoglio, hereje apóstata y masón destructor de todo cuanto lleva el nombre de sagrado. De lo cual se deduce que debemos imponernos a nosotros mismos una saludable disciplina que nos endurezca el espíritu y mortifique nuestra voluntad rebelde, empezando por lo principal, que es someterse a la autoridad infalible del último Vicario de Cristo, S.S. Pío XII, cuyo Magisterio y Disciplina siguen vigentes hasta la Parusía del Hijo de Dios. Mientras no aprendamos a ser humildes y sujetar nuestra voluntad inmortificada a la del último Papa, será muy difícil que podamos hallar la desconocida senda angosta que lleva a la puerta estrecha de la salvación, porque seguiremos queriendo ser nosotros quienes, por nuestras propias fuerzas, le digamos a Dios cómo tiene que hacer las cosas para salvarnos, lo cual constituye el supremo grado de soberbia e impiedad, en vez de agachar la cabeza y someterse como niños pequeños a la sabiduría y autoridad universal que el Padre de todos los creyentes posee sobre todos los Católicos. Por tanto, cambiemos pronto de actitud y abracemos la humildad para que el portero del Cielo nos abra la puerta del Redil del Buen Pastor y podamos tener vida eterna en abundancia. Apresurémonos a entrar por la estrecha puerta del único Redil que guarda al Pequeño Rebaño de Cristo, porque serán muchos los que querrán entrar, pero no podrán hacerlo y jamás serán recibidos en las moradas eternas, puesto que despreciaron a aquél que tenía las llaves del Reino de los Cielos y potestad para atar y desatar. Santa Rosa de Lima, ora pro nobis!
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo III, Patron Saints Index.
*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.
SANTA ROSA
DE LIMA,
Virgen
n. 1586 en Lima, Perú;
† 24 de agosto de 1617 en Lima, Perú
Patrona Principal de Iberoamérica; Lima, Perú; Filipinas; bordadores; floristas; jardineros; personas ridiculizadas por su piedad. Protectora contra la vanidad.
Una virgen se ocupa de las cosas del Señor, a fin de ser santa de cuerpo y alma. (1 Corintios 7, 34)
+ Santa Rosa de santa María, de la tercera Orden de santo Domingo, Virgen, cuyo tránsito se celebra el 24 de este mes.
+ En Roma, en la vía Ostiense, el martirio de san Félix, Presbítero, en tiempo de los Emperadores Diocleciano y Maximiano; al cual, después de torturado en el ecúleo, mientras, dada la sentencia de muerte, iba a ser degollado, le salió al encuentro un Cristiano, quien, haciendo espontáneamente profesión de Cristiano, al punto fue, juntamente con él, degollado. Pero ignorando su nombre los Cristianos, le llamaron Adaucto, porque se había asociado a san Félix en la corona.
+ En Roma también, santa Gaudencia, Virgen y Mártir, con otros tres.
+ En Suffétula de África, sesenta santos Mártires, muertos por el furor de los Gentiles.
+ En Bolonia, san Bononio, Abad.
+ En Roma, san Pamaquio, Presbítero, que fue insigne en doctrina y santidad.
+ En Adrumeto de África, los santos Bonifacio y Tecla, que fueron padres de doce hijos santos Mártires.
+ En Salónica, san Fantino, Confesor, el cual, habiendo padecido mucho de los Sarracenos, que lo arrojaron del monasterio en que vivía con maravillosa abstinencia, después de traer a muchísimos al camino de la salvación, descansó en santa ancianidad.
+ En territorio Meldense, san Fiacrio, Confesor.
+ En Trebi del Lacio, san Pedro, Confesor, el cual, ilustre en muchas virtudes y milagros, pasó allí al Señor, y es reverenciado honoríficamente.
+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.