VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

JUEZ SUPREMO DE LA CRISTIANDAD


S.S.Pío IX
Juez Supremo de la Cristiandad
20 de julio de 1871 a los miembros de la
Academia de la Religión Católica:

«Entre los errores, el más pernicioso de todos es el que quisiera atribuirle a esta (infalibilidad) el derecho de deponer a los Soberanos, y quitarle a los súbditos el deber de fidelidad. Sin duda, este derecho ha sido ejercido algunas veces en circunstancias supremas por los Sumos Pontífices, pero no tiene nada que ver con la Infalibilidad Pontificia. Tampoco su fuente es la Infalibilidad, sino la Autoridad Pontificia. Luego el ejercicio de este derecho, en aquellos siglos de fe, que respetaban en el Papa lo que él es, es decir, el Juez Supremo de la Cristiandad, y reconocían las ventajas de su Tribunal en las grandes disputas de pueblos y Soberanos, libremente extendido (ayudado también, como era el deber, por derecho público y el común consentimiento de los pueblos) a los intereses más graves de los estados y sus gobernantes. Pero las condiciones actuales son muy diferentes de éstas; y sólo la malicia puede confundir cosas tan diferentes; es decir, el juicio infalible sobre los principios de la revelación, con derecho, que los Papas ejercieron en virtud de su autoridad, cuando el bien común lo exigía. Después de todo, ellos lo saben mejor que nosotros y todos pueden ver por qué ahora se suscita una confusión de ideas tan absurda y se ponen en juego hipótesis en las que nadie piensa: se mendiga cualquier pretexto, así sea el más frívolo y lejano de la verdad, siempre que sea dado para causarnos enojo y concitar a los Príncipes contra la Iglesia. Algunos quisieran que yo explicase y aclarase aún más la Definición Conciliar. Yo no lo haré. Ella es clara en sí misma, ni tiene necesidad de otros comentarios y explicaciones. A quien lee con ánimo desapasionado el Decreto, su verdadero sentido se presenta fácil y obvio. Sin embargo, nada os impide luchar con vuestra doctrina e ingenio contra esos errores, que pueden engañar a los engañados y extraviar a los ignorantes. Dios bendiga vuestras fatigas, y las conduzca a aquel fin, que debéis mirar por encima de los otros, esto es, la difusión de la verdad, la gloria de Dios y de su Iglesia».


Obispo Józef Sebastian Pelczar, Pío IX y su pontificado en el contexto de los sucesos de la Iglesia en el siglo XIX, Turín, 1910, vol. II, págs. 536-538.

https://www.google.es/books/edition/Pius_IX_i_jego_wiek_2/kdWmcajr4eMC?hl=es&gbpv=1

Mons. Józef Sebastian Pelczar

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