Fray Pedro Gual
¡Católicos! se trata de arrancaros de la unión con la Cabeza de la Iglesia, vuestra amorosa madre, y privaros de las benéficas influencias que difunde sobre vosotros. Estad firmes en la fe y no os dejéis seducir.
La unión y comunión con el Vicario de Jesucristo es un elemento de vida y de felicidad temporal y eterna: el cisma es la sima de las desgracias y de la infelicidad presente y futura.
Recordad la sentencia profética del apóstol S. Pedro: «Habrá, decía, entre vosotros doctores de la mentira que introducirán sectas de perdición, que por sus miras interesadas irán formando un partido de condenación, que arrastrarán los espíritus inconstantes y ligeros, prometiéndoles la libertad, mientras que ellos mismos son esclavos del error corruptor.»
«Quien abandona la cátedra de Pedro sobre la cual está fundada la Iglesia, decía S. Cipriano, cómo podrá tener confianza de estar en la Iglesia, arca de salvación.»
«A esta Iglesia, decía S. Ireneo, por su principado es necesario se una toda otra iglesia, todos los fieles esparcidos por el orbe; en ella y por ella se ha conservado siempre para todo católico aquella tradición que viene de los apóstoles .»
«Apóyate y no dejes la fe del pontífice Inocencio, escribía S. Jerónimo á Demetriade, que es sucesor é hijo de la cátedra apostólica y de la feliz memoria de S. Anastasio; no dés oido á doctrinas peregrinas, aunque te parezcan prudentes y verdaderas.»
Así hablaban los Ambrosios, los Agustinos, los Crisóstomos y todos los oráculos del catolicismo.
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