VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

SAN CEFERINO, Papa y Mártir


26 de agosto del Año del Señor

SAN CEFERINO,
Papa y Mártir

Estáis llenos de deseos...
y no conseguís lo que deseáis.
(Santiago, 4, 2).

San Ceferino, sucesor de San Víctor en la Sede Apostólica, resistió valientemente a los herejes y a los paganos. Durante la persecución del emperador Severo fue el sostén y el consuelo de los fieles; su caridad le hacía experimentar sus sufrimientos como si fueran propios. Murió hacia el año 217.


ORACIÓN

Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño, y custodiadlo con protección constante por vuestro bienaventurado mártir y Sumo Pontífice Ceferino, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S. Amén.


MEDITACIÓN SOBRE
CÓMO HAY QUE ORDENAR
LOS DESEOS

I. Nuestra felicidad en esta vida depende de la regla que impongamos a nuestros deseos. Aprende a limitarte en el deseo de los bienes naturales. Quisieras gozar de mejor salud, poseer más ingenio, más fuerzas, más hermosas cualidades naturales; este deseo es fuente de inquietudes. Conténtate con lo que Dios te ha dado, agradécele; acaso te condenarías si tuvieses los brillantes talentos que deseas. Aunque ahora tuvieras lo que deseas, no por ello estarías más contento. Sólo Dios puede colmar tus anhelos. Dedícate a hacer su voluntad y todos tus deseos serán satisfechos.

II. Conténtate asimismo con los bienes de fortuna que Dios te ha dado; no son las riquezas, ni los honores, los que te harán feliz. ¡Cuántas personas hay más pobres que tú y sin embargo son más dichosas, porque no desean sino lo que Dios quiere que posean! El pecador es infeliz, tenga o no tenga lo que él desea. (San Próspero).

III. Un deseo te es permitido, es el llegar a un grado más alto de santidad; hasta debes imitar las heroicas virtudes que admiras en los santos, en la medida en que tu estado y condición te lo permitan. Examínate acerca de los deseos de tu alma; desea con ardor llegar a la santidad. Nada esperes, nada temas, y habrás reducido a la impotencia la cólera de tu enemigo. (Boecio).

*En efecto, mis queridos hermanos. La única ambición legítima que se nos permite tener es la de aspirar a ser Santos, alcanzando el grado de santidad al cual Dios nos ha destinado desde toda la eternidad y según la medida de la donación de Cristo Nuestro Señor. Todos los demás deseos y ambiciones palidecen ante esto, y pueden llegar a ser serios impedimentos para que el Espíritu Santo realice en nosotros la obra de santificación que el Padre y el Hijo le han encomendado. Es el gran riesgo que corremos hoy al vivir en medio de esta universal Babilonia en que ha quedado convertido el orbe, tras la gran apostasía del inmundo Vaticano 2 y el eclipse de la Esposa de Cristo. El nuevo paganismo, con el hedonismo sensual, la idolatría del dinero y los bienes materiales, el trabajo alienante y esclavizador, y la indiferencia religiosa más escalofriante lo han inundado todo, convirtiendo la tierra en un gigantesco cementerio de almas que están muertas a la vida de la Gracia, de ahí que la situación sea ya irreversible, lo cual obligará a Dios a intervenir personalmente dentro de poco. Por muy difícil que sea santificarse en medio de este enorme desastre colectivo en que ha quedado convertido el mundo, es nuestro deber sagrado el hacernos violencia para arrebatar el reino de los cielos, pues sólo quienes luchen contra el mundo y sus engaños con las armas de la Fe y la Gracia podrán mantenerse en pie al final de esta absurda ficción que está llegando a su final. Que S.S. el Papa San Ceferino nos obtenga esa santa perseverancia y resistencia contra los paganos y herejes que nos rodean hoy por los cuatro costados, para que podamos mantenernos puros y radiantes en medio de la gran Egipto-Sodoma que es la tierra.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo III, Patron Saints Index.

*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.


26 de Agosto del Año del Señor.
SAN CEFERINO,
Papa y Mártir
+217

Estáis llenos de deseos… y no conseguís lo que deseáis. (Santiago 4, 2)

+ San Ceferino, Papa y Mártir, cuyo tránsito se conmemora el 20 de Diciembre.
+ En Cardona de España, el tránsito de san Ramón Nonato, Cardenal y Confesor, de la Orden de santa María de la Merced, Redención de cautivos, ilustre en santidad de vida y en milagros. Su fiesta se celebra el 31 de Agosto.
+ En Roma, los santos Mártires Ireneo y Abundio, los cuales, en la persecución de Valeriano, por haber recogido el cuerpo de santa Concordia de una cloaca donde lo habían arrojado, fueron sumergidos en la misma cloaca. Sus cuerpos, sacados de allí por el Presbítero Justino, fueron sepultados en una cripta, junto a san Lorenzo.
+ En Ventimilla, ciudad de Liguria, san Segundo, Mártir, varón distinguido y Capitán de la legión Tebea.
+ En Bérgamo, san Alejandro, Mártir, que, siendo de la misma legión, y confesando constantísimamente el nombre de nuestro Señor Jesucristo, cortada la cabeza, consumó el martirio.
+ En el país de los Marsos, los santos Simplicio y sus hijos Constancio y Victoriano, los cuales, imperando Antonino, atormentados primero de varios modos, y después degollados, consiguieron la corona del martirio.
+ En Nicomedia, el suplicio de san Adrián, hijo del César Probo, el cual, echando en cara a Licinio la persecución que había movido contra los Cristianos, por orden del mismo fue muerto. Su cuerpo lo sepultó Domicio, Obispo de Bizancio, su tío paterno, en un suburbio de la misma ciudad, llamado Argyrópoli.
+ En España, san Víctor, Mártir, el cual, muriendo a mano de los Moros por confesar a Cristo, recibió en premio la corona del martirio.
+ En Capua, san Rufino, Obispo y Confesor.
+ En Pistoya de Toscana, san Félix, Presbítero y Confesor.
+ En la Puye, diócesis de Poitiers, santa Juana Isabel Bichier des Ages, Virgen, Fundadora, juntamente con san Andrés Huberto Fournet, de la Congregación de Hijas de la Cruz, esclarecida por la continua mortificación y por la inocencia de vida; a la cual el Papa Pío XII puso en el catálogo de las santas Vírgenes.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.