21 de agosto del Año del Señor
SANTA JUANA FRANCISCA
FRÉMYOT DE CHANTAL,
Viuda
Bendito sea Dios, que nos consuela
en todas nuestras tribulaciones.
(2 Corintios, 1, 3-4).
Santa Juana, durante su matrimonio, se dedicó al ejercicio de todas las virtudes: enseñaba en persona la religión a sus hijos y servidores, los formaba en la piedad, y les daba ejemplo de una caridad sin limites. Jamás rehusaba una limosna pedida en nombre de Jesucristo. Después de la muerte de su marido, hizo voto de castidad, y, para permanecer fiel, inscribió en su pecho con un hierro candente el nombre de Jesús. Resuelta a romper todo lazo con el mundo, se sometió a la dirección espiritual de San Francisco de Sales, y estableció con él la Orden de la Visitación. Afligida, al final de su vida, por espantosas penas interiores, soportó esta prueba con tanta resignación, que Dios la recompensó con un aumento de consolaciones. Murió el 13 de diciembre de 1641, casi a los setenta años de edad.
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente y misericordioso, que, después de haber abrasado con vuestro amor a la bienaventurada Juana Francisca, la habéis dotado de admirable fortaleza para recorrer la vida por el sendero de la perfección, y habéis querido, por su intermedio, enriquecer a la Iglesia con una nueva familia, haced, por sus méritos e intercesión, que, convencidos de nuestra debilidad y confiados en vuestro poder, lleguemos, con vuestra gracia a vencer todos los obstáculos que se oponen a nuestra salvación. Por J. C. N. S. Amén.
MEDITACIÓN SOBRE LAS CONSOLACIONES DIVINAS
I. Dios ha consolado a los mártires y a los penitentes en medio de sus suplicios y austeridades. Ha querido con ello hacerles gustar, ya desde esta vida, una partícula de los gozos que les preparaba en el cielo. Si tuviste tú la dicha de gozar de estas consolaciones alguna vez, reconocerás la verdad de estas palabras de San Agustín: Las lágrimas que se derraman en la oración aventajan sobremanera al gozo de los espectáculos profanos.
II. Si nunca experimentaste cuán dulce es el Señor para con aquellos que desprecian los placeres del mundo, haz la prueba. Pero recuerda siempre que, para gustar el placer que hay en pertenecer a Dios, es preciso renunciar a las vanas satisfacciones del mundo. No te puedes regocijar con el mundo y con Dios, hay que renunciar a uno o a otro.
III. Si después de haberte dado a Dios enteramente, no experimentas consuelos sensibles, que Él da o retira a su voluntad, no te aflijas. Dios te ha concedido esas dulcedumbres para atraerte a su servicio: Él te las retira porque te has hecho indigno de ellas por tu vanidad o por tu negligencia en sacar provecho de sus gracias. Por tu bien Jesús te consuela, también por tu bien te retira sus consuelos. Viene a ti y se retira; viene para tu consuelo, se retira por tu interés, no sea que la grandeza de las consolaciones te enorgullezca. (San Bernardo).
*Muy cierto, mis queridos hermanos. Para agradar a Dios, es preciso morir al mundo y sus vanidades, pues las satisfacciones engañosas del mundo siempre van cargadas del remordimiento de conciencia por haber consentido en excesos y placeres vedados por la santa Ley de Dios, y tras un breve instante de falsa felicidad, el demonio nos abruma la conciencia por haber caído en las tentaciones que él nos había preparado. Por tanto, insisto, debemos hacernos santa violencia y crucificar nuestra carne con sus concupiscencias, despreciando también nuestro detestable orgullo y amor propio, que hace que nos ensoberbezcamos al pensar que el bien viene de nosotros, siendo que sólo viene de Dios, autor, origen y fuente de todo bien y amor verdaderos. Si esto hacemos, el Espíritu Santo verá nuestra buena disposición y nos visitará, colmándonos de santos consuelos e inspiraciones celestiales, para darnos a gustar un anticipo de la gloria celestial que nos espera si perseveramos en el santo servicio de Dios. Es muy importante también estar muy unidos al Vicario de Cristo, particularmente al último de ellos, S.S. Pío XII, pues quien intente sembrar fuera del Redil de Pedro, desparramará su semilla al viento y no cosechará ningún fruto bueno, como vemos en el caso de muchos principiantes en la vida espiritual, que se creen que porque Dios les ha consolado espiritualmente ya no necesitan estar sometidos al Papa, actuando así como arrogantes Simones el Mago, que se imaginan impíamente detentar la posesión del Espíritu Santo, siendo que sólo actúan movidos por la Operación del error, que Dios envía a los orgullosos y los fariseos que han despreciado al Vicario de Cristo. De modo que mucho cuidado, pues la gula espiritual mal regulada ha perdido también a muchos vanidosos que se negaron a sujetarse a la autoridad del Papa.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo III, Patron Saints Index.
*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.
21 de Agosto del Año del Señor.
SANTA JUANA FRANCISCA
FRÉMYOT DE CHANTAL,
Viuda
n. 28 de enero de 1572 Dijon (Borgoña), Francia;
† 13 de diciembre de 1641 en Moulins, Francia
† 13 de diciembre de 1641 en Moulins, Francia
Patrona de las viudas; padres separados de sus hijos; personas abandonadas por familiares o amigos; personas que han perdido sus padres. Se la invoca para resolver problemas con la familia política.
Bendito sea Dios, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones. (2 Corintios 1, 3-4)
+ Santa Juana Francisca Fremyot de Chantal, Viuda, que fue Fundadora de la Orden de Monjas de la Visitación de santa María. Su tránsito se conmemora a 13 de Diciembre.
+ En Roma, en el campo Verano, santa Ciriaca, Viuda y Mártir, que durante la persecución de Valeriano, habiendo consagrado su persona y todos sus bienes al servicio de los Santos, por último, sufriendo por Cristo el martirio, le consagró también gustosa su propia vida.
+ En el territorio de Gevaudán, san Privado, Obispo y Mártir, que padeció en la persecución de Valeriano y Galieno.
+ En Salona de Dalmacia, san Anastasio, Soldado distinguido, el cual, viendo la constancia de san Agapito en los tormentos, se convirtió a la fe, y, por la confesión del nombre de Cristo, muerto de orden del Emperador Aureliano, pasó Mártir al Señor.
+ En Cerdeña, el triunfo de los santos Mártires Luxorio, Ciselo y Camerino, que en la persecución de Diocleciano, por orden del Presidente Delfio, fueron degollados.
+ El mismo día, los santos Mártires Bonoso y Maximiano.
+ En Fondi del Lacio, san Paterno, Mártir, el cual viajó de Alejandría a Roma a visitar los sepulcros de los Apóstoles, y luego se retiró a la campiña de Fondi; y allí, mientras enterraba los cuerpos de los Mártires, fue aprisionado por el Tribuno y murió en la prisión.
+ En Edesa de Siria, los santos Mártires Bassa y sus tres hijos, Teogonio, Agapio y Fidel, a los cuales, en la persecución de Maximiano, la piadosa madre envió delante con sus exhortaciones a la palma del martirio, y ella, cortada la cabeza, les siguió alegre con la victoria.
+ En Verona, san Euprepio, Obispo y Confesor.
+ Igualmente, san Cuadrato, Obispo.
+ En Auvernia de las Galias, san Sidonio, Obispo, esclarecido en doctrina y santidad.
+ En Sena de Toscana, san Bernardo Tolomeo, Abad, Fundador de la Congregación del Monte Olivete.
+ En Roma, en el campo Verano, santa Ciriaca, Viuda y Mártir, que durante la persecución de Valeriano, habiendo consagrado su persona y todos sus bienes al servicio de los Santos, por último, sufriendo por Cristo el martirio, le consagró también gustosa su propia vida.
+ En el territorio de Gevaudán, san Privado, Obispo y Mártir, que padeció en la persecución de Valeriano y Galieno.
+ En Salona de Dalmacia, san Anastasio, Soldado distinguido, el cual, viendo la constancia de san Agapito en los tormentos, se convirtió a la fe, y, por la confesión del nombre de Cristo, muerto de orden del Emperador Aureliano, pasó Mártir al Señor.
+ En Cerdeña, el triunfo de los santos Mártires Luxorio, Ciselo y Camerino, que en la persecución de Diocleciano, por orden del Presidente Delfio, fueron degollados.
+ El mismo día, los santos Mártires Bonoso y Maximiano.
+ En Fondi del Lacio, san Paterno, Mártir, el cual viajó de Alejandría a Roma a visitar los sepulcros de los Apóstoles, y luego se retiró a la campiña de Fondi; y allí, mientras enterraba los cuerpos de los Mártires, fue aprisionado por el Tribuno y murió en la prisión.
+ En Edesa de Siria, los santos Mártires Bassa y sus tres hijos, Teogonio, Agapio y Fidel, a los cuales, en la persecución de Maximiano, la piadosa madre envió delante con sus exhortaciones a la palma del martirio, y ella, cortada la cabeza, les siguió alegre con la victoria.
+ En Verona, san Euprepio, Obispo y Confesor.
+ Igualmente, san Cuadrato, Obispo.
+ En Auvernia de las Galias, san Sidonio, Obispo, esclarecido en doctrina y santidad.
+ En Sena de Toscana, san Bernardo Tolomeo, Abad, Fundador de la Congregación del Monte Olivete.
+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.