VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

TESTAMENTO ESPIRITUAL DE SAN LUIS REY A SU HIJO



Hijo amadísimo, lo primero que quiero enseñarte es que ames al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas; sin ello no hay salvación posible.


Hijo, debes guardarte de todo aquello que sabes que desagrada a Dios, esto es, de todo pecado mortal, de tal manera que has de estar dispuesto a sufrir toda clase de martirios antes que cometer un pecado mortal.


Además, si el Señor permite que te aflija alguna tribulación, debes soportarla generosamente y con acción de gracias, pensando que es para tu bien y que es posible que la hayas merecido. Y, si el Señor te concede prosperidad, debes darle gracias con humildad y vigilar que sea en detrimento tuyo, por vanagloria o por cualquier otro motivo, porque los dones de Dios no han de ser causa de que le ofendas.


Asiste, de buena gana y con devoción, al culto divino y, mientras estés en el templo, guarda recogida la mirada y no hables sin necesidad, sino ruega devotamente al Señor, con oración vocal o mental.


Ten piedad para con los pobres, desgraciados y afligidos, y ayúdalos y consuélalos según tus posibilidades. Da gracias a Dios por todos sus beneficios, y así te harás digno de recibir otros mayores. Para con tus súbditos, obra con toda rectitud y justicia, sin desviarte a la derecha ni a la izquierda; ponte siempre más del lado del pobre que del rico, hasta que averigües de qué lado está la razón. Pon la mayor diligencia en que todos tus súbditos vivan en paz y con justicia, sobre todo las personas eclesiásticas y religiosas.


Sé devoto y obediente a nuestra madre, la Iglesia romana, y al sumo pontífice, nuestro padre espiritual. Esfuérzate en alejar de tu territorio toda clase de pecado, principalmente la blasfemia y la herejía.


Hijo amadísimo, llegado al final, te doy toda la bendición que un padre amante puede dar a su hijo; que la santísima Trinidad y todos los santos te guarden de todo mal. Y que el Señor te dé la gracia de cumplir su voluntad, de tal manera que reciba de ti servicio y honor, y así, después de esta vida, los dos lleguemos a verlo, amarlo y alabarlo sin fin. Amén.


  • ALLÍ SERÁ EL LLANTO, Y EL CRUJIR DE DIENTES
    San Alfonso María de LigorioEXTRACTO DEL SERMÓN VIII.PARA LA DOMINICA TERCERA DESPUÉS DE LA EPIFANÍAMientras…
  • S.S. ANASTASIO IV, PAPA Nº 168
    ANASTASIO IV (1153-1154) Conrado, cardenal de la Suburra e hijo del noble Benedicto, fue elegido sin…
  • S.S. PÍO XII Y EL DEPORTE
    98S.S.Pío XII20 de mayo de 1945Ahora, ¿cuál es en primer lugar el oficio y la finalidad del deporte…
  • S.S. LEÓN VI, PAPA Nº 126
    LEÓN VI (928-929) Perteneciente a una familia romana, este papa fué elegido a fines del año 928. Su…
  • MIENTRAS QUEDE UN SOLO HOMBRE DE FE PERFECTA
    Louis VeuillotMientras quede un solo hombre de fe perfecta, éste se verá libre del yugo universal, y tendrá…