Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
a las decisiones papales
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
https://www.google.es/books/edition/El_Eco_del_mundo_catolico/eLWcN8y3tVsC
https://www.google.es/books/edition/Cr%C3%B3nica_del_Concilio_ecum%C3
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Las Sectas Sedevacantistas Episcopalianas Thucistas y Lefebvristas creen poder regir la Santa Madre Iglesia sin Pedro y contra Pedro. Son sectas cismáticas y heréticas de laicos disfrazados de obispones jansenistas.Dejó 18 grandes volúmenes de los Actos de su pontificado y fue autor de una Bula en la que se ensalza la tradición de la Virgen del Pilar.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
"Fijando la mirada en el autor y consumador de la fe, Jesús, cuyo lugar ocupamos y por quien Nos ejercemos el poder..."
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Tomás Parentucelli, pisano, fue secretario, en Florencia, del cardenal Albergati, y dirigió, en esta misma ciudad y por encargo de Cosme de Médicis, la biblioteca de San Marcos, mereciendo ser considerado como el inventor de la ciencia bibliográfica. Fue luego nombrado obispo de Bolonia, y más tarde cardenal (1446).
Elegido papa en 1447, tomó el nombre de Nicolás V e inició activas investigaciones para el descubrimiento de manuscritos antiguos.
Por orden suya, Pedro de la Francesca y Fray Angélico decoraron con magníficos frescos una parte del Vaticano, mientras los humanistas, de quienes gustó rodearse, traducían al latín gran número de autores griegos; mientras tanto, él iba desarrollando y enriqueciendo la Biblioteca Vaticana, de la que era magnífico fundador.
Por todo eso este Pontífice es considerado justamente como uno de los más activos e ilustres promotores del Renacimiento italiano.
Su política fué inteligente, moderada y eminentemente conciliadora. En 1448, concluyó con el emperador de Alemania, Federico III, el concordato de Aschaffenburg que estuvo en vigor hasta el año 1803. Al siguiente año recibió la sumisión de Amadeo de Saboya (antipapa con el nombre de Félix V desde 1441) y le reconoció el grado de cardenal. Trasladó el patriarcado de Grado a Venecia y nombró patriarca al santo obispo Lorenzo Giustiniani. En Roma coronó solemnemente a Federico III (1452), siendo ésta la última coronación de emperadores celebrada en la Ciudad Eterna.
Pocos meses después fue descubierta la conjuración de Esteban Porcari, quien quería secuestrar al Papa para restaurar la república en Roma; Porcari fué ahorcado en el Castillo de Santángelo, y los demás en el Capitolio.
En el mismo año, después de la toma de Constantinopla por Mahomet II, trató, aunque inútilmente, de inducir a los príncipes de Europa a emprender una Cruzada contra los turcos.
Dejó de existir en 1455; fue sepultado en San Pedro.
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Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
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Giuseppe Arienti
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Martín V, teniendo en cuenta la situación anormal de Europa, se hallaba dispuesto a hacer todas las concesiones que fuesen compatibles con los imprescindibles derechos del Primado, cuya defensa le estaba encomendada; por la misma razón declaró que estaba pronto a aceptar las modificaciones compatibles con dicho Primado en el reglamento de la cancillería redactado poco después de su coronación, aunque no se hizo público hasta el 26 de Febrero de 1418; pero en el Consistorio del 10 de Marzo declaró inadmisible y de todo punto ilícita la apelación en alzada del Papa a un Concilio ecuménico, cuya validez sostenían los polacos; ántes por el contrario, defendió la necesidad de someterse a las decisiones pontificias en materia de fe, con lo que, según hizo notar Gerson, condenó implícitamente los acuerdos tomados en las sesiones cuarta y quinta de Constanza. En general sólo reconoció y confirmó los decretos expedidos por el Concilio en la forma acostumbrada, sobre asuntos relativos a la fe y a la salvación de las almas, como los dirigidos contra Wiclef y Hus, según lo declaró explícitamente en la sesión final (45) del 22 de Abril.
Desde entonces se procedió con más vigor contra el culto pagano, y sobre todo contra aquellos templos que eran sentinas de orgías y servían para engañar al pueblo. El emperador intentó restringir por lo menos el culto de los ídolos. Prohibió los sacrificios clandestinos ó privados, donde fácilmente podía mezclarse el crimen, y vedó a los gobernadores participar de los sacrificios públicos. Si prohibió absolutamente toda clase de sacrificios, lo cual es dudoso, su decreto no fue ejecutado. Los paganos eran todavía demasiado poderosos. Sin embargo, hubieron de resignarse a ver cerrados casi todos sus más célebres templos, otros destruidos, y gran número de ellos convertidos en iglesias cristianas. Muchas estatuas de los ídolos fueron derribadas y hechas polvo, mientras que las iglesias cristianas desplegaban todo su brillo y parecían insultar, al decir de los paganos, la ruina de los antiguos dioses. El emperador, persuadido de que el paganismo era la fuente de todas las aberraciones de la humanidad, se creía llamado por la Providencia para extirparlo insensiblemente, si bien no podía ni quería abolirlo en todos los lugares por medio de la violencia. Los sabios de la escuela neoplatónica, los sacerdotes idólatras habituados a sus privilegios, muchas antiguas y distinguidas familias, y diversas clases de la población inferior eran aún muy adictos a la religión antigua y tradicional de los romanos.
El cardenal Otón Colonna nació en Romagna, en 1365, y fué elegido papa por el concilio de Constanza en 1417, después de la abdicación de Gregorio XII, y de la deposición de Juan XXIII y del antipapa Benedicto XIII. Esta elección puso fin al gran cisma.
Antes de su coronación, Martin V juró consagrar su reinado a la reforma de la Iglesia, empezando por la curia romana; mas halló una abierta oposición en los prelados, que hicieron infructíferos sus esfuerzos.
Hizo concordatos con varias naciones; terminó el concilio de Constanza, aprobando los decretos referentes a la fe y de los restantes sólo aquellos que no eran contrarios a los derechos de la Santa Sede. Declaró cerrado el concilio el 22 de abril de 1418, y se dispuso a volver a Italia.
Los desórdenes que turbaban el Estado pontificio le obligaron a permanecer en Florencia cerca de dos años, hasta que, después de arreglar las cosas con gran habilidad, pudo entrar solemnemente en Roma el 28 de septiembre de 1420.
Halló la ciudad en un estado lastimoso; mas puso en seguida mano a la obra de reconstrucción. Devolvió la seguridad a Roma, limpiándola de maleantes y ladrones, y empezó la reedificación y embellecimiento de las iglesias y edificios ruinosos, llamando a la ciudad a célebres artistas.
Convocó en Pavía un nuevo concilio para el año 1423; pero a causa de la peste tuvo que trasladarlo a Sena: dado el escaso número de concurrentes lo trasladó nuevamente a Basilea; pero no se abrió hasta bajo su sucesor.
Durante pontificado cesó completamente el cisma con la muerte de Benedicto XIII, quien murió impertérrito, en Peñíscola, el mes de noviembre de 1424, habiendo sido luego vanos y ridículos los esfuerzos que hicieron sus cuatro cardenales para darle un sucesor en Clemente VIII y Benedicto XIV.
Martín V combatió a los herejes husitas en Bohemia, promoviendo una Cruzada contra ellos y trató de poner paz entre Francia e Inglaterra.
Promovió la devoción a la Sagrada Eucaristía y anunció un jubileo en 1423; favoreció los esfuerzos de San Bernardino de Sena y de Santa Francisca para despertar la devoción en los romanos.
Se le acusa por el favor que dispensó a su casa; pero en parte se le puede excusar por la necesidad de tener a su alrededor personas seguras y fieles; por lo demás, es de elogiar en Martín V que en aquellos tiempos de tan gran confusión hubiese sabido restablecer con energía la autoridad espiritual y civil de los papas.
Murió de un ataque de apoplegía el 20 de febrero de 1431, y el epígrafe esculpido sobre su tumba le llama "felicidad de su tiempo".
Este papa habría debido llamarse Martín III, pero habiéndose transformado los nombres de Marin I y II en Martín, el sucesor de Nicolás III se llamó Martín IV.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
No ceséis nunca de repetir que, si el Papa ama y aprueba las asociaciones católicas que buscan también el bien material, ha inculcado siempre que en ellas debe tener la prevalencia el bien moral y religioso, y que al justo y loable intento de mejorar la suerte del obrero y del ciudadano debe ir siempre unido el amor a la justicia y el uso de los medios legítimos para mantener entre las varias clases sociales la armonía y la paz.
Decid claramente que las asociaciones mixtas, las alianzas con los no católicos para el bienestar material en determinadas condiciones, están permitidas, pero que el Papa prefiere aquellas uniones de fieles que, depuesto todo humano respeto y cerrado el oído a toda alabanza o amenazas contrarias, se cierran en torno a aquella bandera que, por muy combatida que sea, es la más espléndida y gloriosa, porque es la bandera de la Iglesia.
El cardenal octogenario Angel Corrario, de origen veneciano y patriarca latino de Constantinopla, fué el sucesor de Inocencio VII en la cátedra de San Pedro.
También él manifestó el propósito de renunciar si Luna lo hacía; le hicieron esta proposición, pero Luna obró astutamente y la tentativa fracasó.
Entonces los cardenales de ambas partes se reunieron en Livorno (julio de 1408), y después de recibir el asentimiento de la mayor parte de los príncipes convocaron un concilio en Pisa. Este se reunió el día de la Anunciación del año 1409, con el propósito formal de invitar a los dos pontífices rivales a abdicar, y, en caso de que se negaran, elegir un nuevo papa. Gregorio XII, por medio de su legado Carlos Malatesta, propuso otra ciudad que no fuese Pisa, entonces sujeta a Florencia que le era enemiga, mas no fué atendido. Sus razones no fueron acogidas, y sus defensores o no escuchados o acallados violentamente. En la sesión XV fué publicada la sentencia de deposición de Gregorio y Benedicto, y se procedió al nombramiento del nuevo papa. Fué elegido Pedro Filargo, de Creta, arzobispo de Milán, que había sido excomulgado por Gregorio por haberse adherido a la causa del antipapa. Tomó el nombre de Alejandro V.
El concilio de Pisa no fué ecuménico, ni por la convocación, ni por la celebración, ni por la promulgación; antes bien, no fué siquiera concilio legítimo, pues no había sido convocado por el papa, ni presidido y aprobado por él. El resultado que de él se sacó fué una mayor confusión, pues el mundo se halló dividido en tres partidos y con tres pontífices.
Gregorio XII, en el sínodo de Cividale (julio de 1409), después de haberse declarado pronto a la renuncia bajo ciertas condiciones, excomulgó a los dos pontífices intrusos y se refugió en Rímini, cerca de Malatesta, para sustraerse a las asechanzas de que estaba rodeado.
En el concilio de Constanza de 1415, después de la deposición de Juan XXIII y de haber declarado que convocaba aquel concilio como papa legítimo, presentó por medio de Malatesta la espontánea renuncia al papado. El concilio le nombró cardenal obispo de Porto, legado estable en la Marca de Ancona y le reconoció la dignidad inmediata después del papa. Más, veinte días antes del nombramiento del nuevo Pontífice, Gregorio murió en Recanati a la edad de 90 años, el 18 de octubre de 1417.
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El 27 de junio de 1409 fué elegido en Pisa por los cardenales de las dos partes, Pedro Filargo, de Creta, monje franciscano y cardenal arzobispo de Milán, que fue coronado el 7 de julio y tomó el nombre de Alejandro V. Su elección no puso fin al cisma. Fué apoyado por el cardenal Baltasar Cossa, que se sirvió de él como de un fácil instrumento. Alejandro V murió en Bolonia después de un pontificado de diez meses, sospechándose que fué envenenado por el tal Cossa. Durante su pontificado excomulgó y depuso a Ladislao, rey de Nápoles, y concedió extraordinarios privilegios a los monjes franciscanos.
La legitimidad de Alejandro como papa es negada por la mayoría de los historiadores, y no lo fué realmente, a pesar de que su retrato figure en la serie de los papas en la basílica de San Pablo.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
Hijo de una noble familia napolitana, había sido corsario durante su juventud. Ambicioso y audaz en sumo grado, entró en las órdenes y al poco tiempo fué nombrado arcediano de Bolonia, y luego cardenal y legado pontificio en la Romagna. Elegido papa en 1410, sucedió a Alejandro V.
La elección de este hombre fué la más triste consecuencia del malhadado cisma pisano. De espíritu mundano, dedicado sólo a intereses materiales, era más hombre de espada que de báculo. San Antonio dice de él: "Hombre experto en las cosas temporales, inútil e incapaz en las espirituales." Favoreció a Luis de Anjou contra Ladislao de Nápoles; pero habiendo este último logrado la victoria, le reconoció como rey de Nápoles. Ladislao, no bastante satisfecho, ocupó Roma y obligó al Pontífice a refugiarse en Florencia. Juan, para precaverse contra él, se procuró el apoyo del emperador Segismundo, a quien prometió convocar un concilio general que pusiese fin al cisma, y la amistad del duque de Austria, al que confirió el grado de general de las tropas de la Iglesia.
El concilio general fue convocado en Constanza (1414), y a él asistió el mismo Pontífice; más, asustado por las acusaciones que le lanzaron de simonía y de costumbres livianas, huyó a Sciaffusa protegido por el duque Federico de Austria. Al ser detenido poco después, fué depuesto por el concilio (1415), que eligió a Martín, y encerrado en el castillo de Gottlieben. Trasladado más tarde a Heidelberg Juan XXIII obtuvo la libertad. Marchó a Florencia, donde ratificó su renuncia a la tiara, siendo acogido benignamente por el nuevo papa, que le nombró decano del Sacro Colegio.
Murió en Florencia, el 22 de noviembre de 1419.
También este papa es considerado ilegítimo, como Alejandro V.
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Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
Natural de Sulmona, era arzobispo de Rávena y en 1389 fue nombrado cardenal. Sucedió a Bonifacio IX en 1404, mientras era antipapa en Aviñón Benedicto XIII.
Hubiera querido celebrar en seguida un concilio general para el 1 de noviembre de 1405, pero los tumultos ocurridos en Roma durante aquel período obligaron al papa a refugiarse en Viterbo; desde allí excomulgó a Ladislao, rey de Nápoles, quien favorecía a los rebeldes.
Hasta el final de su breve pontificado, Inocencio VII se vió amenazado por su competidor. A su regreso de Viterbo a Roma murió de apoplegía.
A pesar de las dolorosas vicisitudes en que se desarrolló su pontificado, favoreció a las artes de la paz, protegiendo las ciencias y las bellas artes, y restituyendo a la Universidad romana los más insignes maestros del saber.
Se le imputa a culpa el haber favorecido demasiado a su pariente Luis Migliorati, que era un hombre de carácter violento.
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Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945