S.S.León XIII
ARCANUM DIVINAE SAPIENTIAE
Carácter sagrado de las nupcias
Empero, los naturalistas, y todos aquellos que más se glorian de inclinarse ante el pueblo, y que se empeñan en sembrar en él la mala doctrina, no pueden evitar la nota de falsedad.
Teniendo el matrimonio a Dios por autor, y habiendo sido desde el principio sombra y figura de la encarnación del Verbo divino, por esto mismo tiene un carácter sagrado, no adventicio, sino ingenito; no recibido de los hombres, sino impreso por la misma naturaleza.
Por esto, nuestros predecesores Inocencio III (Cap. 8 "De divort.") .y Honorio III (Cap. 11 "De transact.") no injusta ni temerariamente pudieron afirmar que el sacramento del matrimonio existe entre fieles e infieles.
Esto mismo atestiguan los monumentos de la antigüedad, los usos y costumbres de los pueblos que más se aproximaron A las leyes de la humanidad y tuvieron más conocimiento del derecho y de la equidad: por la opinión de éstos consta que que cuando trataban del matrimonio, no sabían prescindir de la religión y santidad que le es propia.
Por esta causa, las bodas se celebraban entre ellos con las ceremonias propias de su religión, mediando la autoridad de sus pontífices y el ministerio de sus sacerdotes. ¡Tanta fuerza ejercía en esos ánimos, privados, por otra parte, de la revelación sobrenatural, la memoria del origen del matrimonio y la conciencia universal del género humano!
Siendo, pues, el matrimonio por su propia naturaleza, y por su esencia, una cosa sagrada, natural es que las leyes por las cuales debe regirse y temperarse sean puestas por la divina autoridad de la Iglesia, que sola tiene el magisterio de las cosas sagradas, y no por el imperio de los príncipes seculares.
Nota del administrador del blog:
A tener en cuenta el Privilegio Paulino.
A tener en cuenta el Privilegio Paulino.
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