VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

EL MUNDO SIGUE EXISTIENDO GRACIAS AL AMOR QUE DIOS TIENE POR LAS ALMAS ESCOGIDAS (Santo Tomás de Aquino) (3)


Santo Tomás de Aquino

Felicidad de este estado y su necesidad para el mundo.

¡Pero qué injusto y ciego es el mundo! ¡Qué poco sabe de dónde le viene la felicidad! Trata como inútiles a las almas que cierran los ojos a las realidades de la tierra para pensar sólo en las del cielo, a las almas que mantienen oculto el deseo de servir sólo a Dios. ¡Y sin embargo son ellas quienes evitan que perezca, ellas quienes lo preservan con sus oraciones y sus virtudes! El mundo siempre ha sido, y sin duda seguirá siendo el mismo: los paganos alguna vez se quejaron de quienes abrazaban la fe cristiana y, al abrazarla, decían adiós a las vanidades y locuras de la época. Tertuliano se dirigió a ellos con esta respuesta: ¿Podéis con justicia reprochar a los cristianos su inutilidad, “aquellos que nunca cesan, por vuestra preservación, de ofrecer sus oraciones a Dios, y que, para hacerlas más aceptables, las acompañan con todas las señales de un corazón humilde y anonadado (1 )? » ¿No sabemos, exclama San Agustín, “cuán necesarias son para el mundo las almas santas? Sus vidas son ocultas; por sus cuerpos enterrados en el retiro, estas almas se esconden de todas las miradas: pero, al igual que la luz que queremos ocultar y que se traiciona por su resplandor, el ejemplo de tal vida arroja suficiente brillo para descubrirse a sí misma, y ¡qué poder no posee para conducir a la virtud! (2).”

(1) Qui pro vobis quoque vero Deo preces sternunt. Tert. Apolog. C. 43. - (2) Non intelligunt quantum nobis eorum animus in orationibus prosit, et vita ad exemplum, quorum corpora videre non sinimur. D. Aug. L. de Morib. Eccl. C. 31. 


¿Qué sería del mundo si las almas santas no se opusieran a la ira de Dios, o, según la expresión de San Gregorio, “si Dios, en estas almas, no se opusiera a sí mismo (1)”, si por el rigor de su penitencia no pudieran satisfacer a la Justicia divina? Un Padre dijo excelentemente que “Estas almas son como la médula del mundo (2)”. “Mientras la médula está entera, el árbol conserva el vigor y la belleza de sus hojas, sus flores y sus frutos; pero cuando se consume la médula, las flores y los frutos caen, las hojas se marchitan y el árbol se seca y muere. Así ocurre con los Santos: mientras haya algunos en el mundo, el mundo se conservará con todas sus armonías; pero, tan pronto como los predestinados hayan desaparecido, el mundo será destruido. Cuando los israelitas, pueblo santo y elegido de Dios, salieron de Egipto, este reino fue como exterminado por la venganza que el ángel tomó sobre los primogénitos y por el naufragio de todo el ejército en el Mar Rojo: de la misma manera, cuando falten los Santos aquí abajo, el mundo ya no existirá como es (3). »

Continuará...

(1) Cum ipso se erigunt contra ipsum, eosque divina vis opponit secum. S. Greg. L. 19 Mor. C. 12. — (2) Medulla hujus mundi sunt homines sancti. Imperf. in Matth. Hom. 1. — (3) Sicut enim medulla, quamdiu in arbore fuerit sana, semper floret ; cum autem percomesta fuerit, tota paulatim marcescendo siccatur : sic et quamdiu sunt fidèles, stat iste mundus. Nam, sicut, egredientibus lsraelitis de AEgypto, exterminata est AEgyptus, sic et sancti cum de mundo isto defecerint, casurus est mundus. Ibid.

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