S.S.Pío XII
AAS 1958 VOL.50 P.150
En las preces litúrgicas de la fiesta de Santo Tomás de Aquino se pide a Dios dos cosas primor- diales y eminentes: «percibir con el entendimiento lo que él enseñó e imitar lo que hizo».
Preguntémosnos ahora: ¿Qué es lo que especialísimamente enseñó Santo Tomás? ¿En qué se resu- me, como para descubrirla como en un golpe de vista, su sublime enseñanza? La respuesta es evi- dente: con su palabra y sus ejemplos enseñó ante todo a los que estudian las ciencias sagradas y las disciplinas de la filosofía racional que se debe la mayor docilidad y el mayor respeto a la autoridad de la Iglesia católica (cf. S. Th. III p., suppl. q. XXIX a. 3, Sed contra 2; y II II p., q. 10, a. 12 in c)
Esta completa sumisión a la autoridad de la Iglesia deriva de su absoluta persuasión de que el magisterio vivo e infalible de la Iglesia es la regla inmediata y universal de la verdad católica.
Vosotros, sobre todo, queridos hijos que por un favor especial de Dios os aplicáis al estudio de las ciencias sagradas en esta ciudad, junto a la «cátedra de Pedro» y de la «iglesia principal de donde nació la unidad sacerdotal» (S. Cypr., epist. LV, e. XIV. Edition Hartel. Corp. Script. Eccl. Lat., vol. III, p. 2, p. 683), seguid el camino que os han trazado Santo Tomás de Aquino y los más destacados miembros de la Orden dominicana, insignes por su piedad y por su santidad, y cuando se haga oír la voz del magisterio, ya ordinario, ya extraordinario de la Iglesia, acogedla con oído atento y dócil corazón. No sólo se requiere que prestéis a las instituciones y a los decretos del magisterio sagrado que respecta a las verdades reveladas por Dios vuestro asentimiento pronto y diligente, a esas verdades de las que la Iglesia católica, la Esposa de Cristo, es depositaria y ella sola fiel guardiana e intérprete infalible, sino que es igualmente necesario acoger con humilde sumisión los documentos que tratan de cuestiones de orden natural y humano, porque los católicos, y sobre todo los teólogos y los filó scfos, deben prestarles toda la atención que les es debida si tratan de estas cuestiones de un orden inferior en razón de su conexión y de su referen- cia a las verdades de la fe cristiana y al fin sobrenatural del hombre.
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HUMANI GENERIS
Su Santidad Pío XII
1950
"Neque putandum est, ea quae in Encyclicis Litteris proponuntur, assensum per se non postulare, cum in iis Pontifices supremam sui Magisterii potestatem non exerceant. Magisterio enim ordinario haec docentur, de quo illud etiam valet: « Qui vos audit, me audit » (Luc. 10, 16); ac plerumque quae in Encyclicis Litteris proponuntur et inculcantur, iam aliunde ad doctrinam catholicam pertinent. Quodsi Summi Pontifices in actis suis de re hactenus controversa data opera sententiam ferunt, omnibus patet rem illam, secundum mentem ac voluntatem eorumdem Pontificum, quaestionem liberae inter theologos disceptationis iam haberi non posse."
"Ni puede afirmarse que las enseñanzas de las encíclicas no exijan de por sí nuestro asentimiento, pretextando que los Romanos Pontífices no ejercen en ellas la suprema potestad de su Magisterio. Puesto que estas cosas se enseñan por el magisterio ordinario, al que también se aplica aquellas palabras: El que a vosotros oye, a mí me oye (Lc 10, 16); y las más de las veces, lo que se propone e inculca en las Encíclicas pertenece ya por otros conceptos al patrimonio de la doctrina católica. Y si los sumos pontífices, en sus constituciones, de propósito pronuncian una sentencia en materia hasta aquí disputada, es evidente que, según la intención y voluntad de los mismos pontífices, esa cuestión ya no se puede tener como de libre discusión entre los teólogos."
ACTAS APOSTÓLICAS 42 página 568
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Por tanto, que los fieles también estén en guardia contra la sobrevalorada independencia del juicio privado y esa falsa autonomía de la razón humana. Porque es completamente ajeno a todo aquel que lleva el nombre de cristiano confiar en sus propias facultades mentales con tanto orgullo como para estar de acuerdo sólo con aquellas cosas que puede examinar desde su naturaleza interior, e imaginar que la Iglesia, enviada por Dios para enseñar y guiar a todas las naciones, no está familiarizado con los asuntos y circunstancias presentes; o incluso que deben obedecer sólo en aquellos asuntos que ella ha decretado por definición solemne como si sus otras decisiones pudieran presumirse como falsas o no presentaran motivos suficientes para la verdad y la honestidad . Muy por el contrario, una característica de todos los verdaderos seguidores de Cristo, alfabetizados o iletrados, es dejarse guiar y conducir en todo lo que toca a la fe o a la moral por la Santa Iglesia de Dios a través de su Supremo Pastor el Romano Pontífice, quien se deja guiar por Jesucristo Nuestro Señor .
(Papa Pío XI, Encíclica Casti Connubii , nn. 103-104)
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Relacionadas:
EXIGE TAL ACEPTACIÓN INCLUSO CUANDO EL SANTO PADRE NO USA SUPREMAM SUI MAGISTERII POTESTATEM.
Humani Generis and the Holy Father’s Ordinary Magisterium
( American Ecclesiastical Review , 1951)
Humani Generis and the Holy Father’s Ordinary Magisterium
( American Ecclesiastical Review , 1951)
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Fr. Edmond D. Benard
EL VALOR DOCTRINAL DEL MAGISTERIO ORDINARIO DEL SANTO PADRE A LA VISTA DE LA HUMANI GENERIS
Proceedings of the Catholic Theological Society of America
Vol. 6 (1951), pp. 78-107
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Varios audios
LA INFALIBILIDAD PONTIFICIA DEL MAGISTERIO ORDINARIO
https://www.youtube.com/playlist?list=PL5xMCqCV1oxxJte9_kkkAu8Z_IivZJ6_K
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