San Jerónimo
Si me preguntáis por qué me retiro al desierto: respondo que con el fin de evitar las tentaciones y combates. Me diréis que esto no es pelear, sino huir. En esto confieso mi flaqueza; no me atrevo a combatir con la esperanza de vencer por temor de que algún día no pierda la victoria. No logro la victoria cuando huyo, pero huyo porque temo ser vencido. Jamás tiene seguridad el que duerme al lado de una serpiente.
***