VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

S.S. VIGILIO Y S.S. SAN PELAGIO I, PAPAS Nº 60 Y 61

VIGILIO (538-555)

Aprocrisario, o sea legado o nuncio, de los papas Agapito y Silvestre en Constantinopla, Vigilio logró subir al trono pontificio mediante las intrigas de la emperatriz Teodora, en vida todavía de su predecesor (538); mas no fue reconocido como papa legítimo hasta el año 540, después de la muerte de Silverio. A pesar de haber llegado a la sede suprema por vías tortuosas, apenas elegido procuró borrar todo su pasado rompiendo con Teodora, haciendo una explícita profesión de fe católica y renovando la condenación de la herejía de Eutiques. 

El hecho que dominó todo su pontificado, fue la cuestión de los "Tres capítulos" suscitada por Justiniano, emperador siempre en vena de teologizar; se trataba de si se debía condenar a Teodoro de Mopsuestia, Ibas de Edesa, Tedoreto de Ciro y sus escritos, condenación que no era ni necesaria ni oportuna, pues parecía también una condenación del concilio de Calcedonia.
El emperador quiso que Vigilio fuese a Constantinopla para pronunciar la condenación, y le obligó por la fuerza, haciéndole arrancar del altar mientras celebraba los divinos oficios y embarcando para Oriente (545). Una vez allí, y a pesar de haber sido magníficamente acogido, le tuvieron como prisionero. Aislado de todos, con el temor de un nuevo cisma, y después de dar muchos rodeos, se doblegó a firmar la condenación de los "Tres capítulos", dejando a salvo la autoridad del concilio de Calcedonia (548). Es el famoso Judicatum que produjo descontento a griegos y a latinos, dejando al Papa en un aislamiento completo. El emperador quiso reunir un concilio; la mayoría de los obispos eran griegos y accedieron al deseo imperial, renovando la condenación. Vigilio, que no había querido intervenir, fue sometido a tan malos tratos, que se vio obligado a huir a Calcedonia. Reclamado con promesas a Constantinopla, consintió en la celebración de un nuevo concilio mediante compromisos que no fueron cumplidos. ¡Nueva victoria del emperador a pesar de las protestas del Papa! Más en 533 Vigilio cedió y aprobó la condenación de los errores sin condenar a las personas y excluyendo de la condenación la carta de Ibas. ¿A qué medios se había recurrido? Conseguido el objeto, Justiniano permitió que el Papa volviese a Roma; pero al llegar junto a Siracusa, el 7 de junio de 555, Vigilio dejó de existir. 

Fue sepultado en el cementerio de Priscila, en la vía Salaria.

Entretanto, mientras el emperador se perdía en las cuestiones teológicas, Totila y sus godos saqueaban Roma. 

Por ese tiempo se celebraron concilios provinciales en Barcelona, Valencia y Lérida.


SAN PELAGIO I (555-560)

Romano, hijo de Juan, subprefecto del pretorio. Vivió en los tiempos del emperador Justiniano. Fue apocrisario de la Iglesia de Roma en Bizancio y consejero del papa Vigilio, al que apoyó en la controversia de los "Tres capítulos", abandonándolo cuando el Papa los hubo condenado.

Al morir Vigilio, Pelagio ocupó la silla pontificia gracias a la protección imperial; pero chocó con una fuerte oposición y solamente los obispos de Perusa y de Ferentino consintieron en promoverle a Papa. 

Su liberalidad para con el pueblo y las iglesias y la protección que le dispensó Narsés, consolidaron su autoridad; confirmó el concilio de Constantinopla y logró con prudencia y constancia terminar el cisma que había nacido a propósito de las cuestiones orientales debatidas bajo su antecesor. 

Fue sepultado en el pórtico de la basílica de San Pedro. 

Durante el pontificado de Pelagio I se celebró el tercer concilio de París, y en él fue pronunciada la excomunión contra los usurpadores de los bienes eclesiásticos, que fueron calificados de asesinos de los pobres.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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