Miguel de Cervantes
AÑO 1616
"¡Oh grande, oh poderosa, oh sacrosanta
alma ciudad de Roma! A ti me inclino
devoto, humilde y nuevo peregrino,
a quien admira ver belleza tanta.
Tu vista, que a tu fama sé adelanta,
al ingenio suspende, aunque divino,
de aquel que a verte y a adorarte vino,
con tierno afecto y con desnuda planta.
La tierra de tu suelo, que contemplo
con la sangre de mártires mezclada,
es la reliquia universal del suelo.
No hay parte en ti que no sirva de ejemplo
de santidad, así como trazada
de la ciudad de Dios al gran modelo."
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