Era de origen milanés, y fue muy amigo de San Carlos Borromeo, cuyos ejemplos se esforzaba en seguir. "Era hombre piadoso y honestísimo, pero de una simplicidad casi virginal" (Rancke).
Su elección se efectuó después de dos meses de sede vacante, en medio de los tumultos que renacían en Roma y por la influencia de la corte española, que quería un pontífice que le fuese favorable. De naturaleza enfermiza, creó en seguida cardenal a su sobrino Pablo; su elección fue afortunada, pues aquél correspondió dignamente a la confianza de su tío.
Favoreció la liga que se había formado en Francia contra el rey Enrique IV, al que excomulgó, y ofreció la corona de Francia a Felipe II de España.
Durante su pontificado la miseria y la peste asolaron a Roma; para remediar la primera, hizo venir a sus expensas trigo del extranjero, y para la segunda, supo excitar tal celo y generosidad, que los mismos cardenales se ofrecían en servicio de los apestados; en esta pestilencia moría San Luis Gonzaga, contagiado en el servicio de los enfermos.
Con la ayuda del duque de Ferrara, desembarazó la Romaña de los bandidos que la infestaban.
Murió el 16 de octubre de 1591. Moroni dice de él que "fue poco capaz para sostener la dignidad de soberano y de príncipe". Fue eminente en la vida ascética.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945