Nació en Génova, en 1432. Era hijo de un médico, y debió su promoción a Sixto IV, que lo nombró cardenal. Fué elegido después de un cónclave muy agitado, y subió al trono pontificio en circunstancias difíciles.
El nuevo papa prometió promover tres cosas: la paz, la justicia y el bienestar de Roma. Se esforzó, pues, en poner paz entre los Colonna y los Orsini, cuyas discordias tenían dividida la ciudad; asimismo, modificando la política de Sixto IV para con los Médicis de Florencia, procuró trabar con ellos mejores relaciones, logrando concertar el matrimonio entre Magdalena, hija de Lorenzo, y su hijo Francisquito, pues es sabido que al abrazar la carrera eclesiástica era viudo con hijos.
Su reinado fué, en toda su duración, turbado por la guerra que el rey de Nápoles, Fernando I, hacía a la Santa Sede. Este príncipe, excomulgado en 1485 y amenazado con la deposición, concertó con el papa un tratado de paz que violó casi inmediatamente; mas en 1492 se vió obligado a deponer definitivamente las armas por temor a que el rey de Francia, Carlos VIII, tomase el partido del papa.
Inocencio VIII concibió el plan de una gran Cruzada de todos los príncipes cristianos contra los turcos, e hizo que el Gran Maestro de Rodas le entregara como rehén al príncipe Zizim, hermano del sultán Bajazet II (1489). Durante su pontificado se realizó, con la caída de Granada, la expulsión definitiva de los moros de España (1492).
Inocencio VIII era de carácter sumamente bondadoso, llegando en algunos casos a la debilidad.
La disciplina eclesiástica dejó mucho que desear, por la conducta de algunos cardenales y especialmente por el censurable uso de vender los cargos públicos y de multiplicar los empleados de la Curia, quienes pagaban elevadas sumas para obtener estos cargos, pensando rehacerse luego con los medios que tendrían a mano.
Murió el 25 de julio de 1492
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
