PABLO II (1464-1471)
DAVE PEDRO BARBO
Veneciano, perteneciente a una familia noble, entró joven en las órdenes eclesiásticas. Fué nombrado arcediano de Bolonia por su tío materno Eugenio IV, luego protonotario apostólico y, por último, cardenal. Pío II le nombró obispo de Padua en 1459. Elegido el 31 de agosto, después de un cónclave riguroso y brevísimo, no quiso aprobar las condiciones impuestas al elegido antes del cónclave por ser lesivas y onerosas a la autoridad del Pontífice.
Luchó también contra el poder otomano, aliándose, para derrotarlo, con Skanderberg, con los Paleólogos y con Catalina de Bosnia.
Tuvo también que luchar contra las pretensiones y el absolutismo de Venecia, que había invadido los territorios de la Iglesia y pretendía poner límites a la autoridad eclesiástica.
Fueron también adversarios suyos los Médicis de Florencia, Ferrante de Nápoles, y Luis XI de Francia.
Tras pacíficas negociaciones con Jorge Podiebrad, rey de Bohemia, le castigó con la excomunión y deposición, porque seguía protegiendo la herejía hussita, y dió aquel reino a Matías Corvino, rey de Hungría.
Concertó después una alianza (1470) con todos los príncipes italianos contra los turcos.
En Roma introdujo algunas reformas en la Cancillería Apostólica, licenciando a muchos de sus elementos para reprimir el exagerado humanismo que la invadía; se preocupó de las condiciones sanitarias de la ciudad haciendo construir amplias carreteras, acueductos, alcantarillas y procurando el mayor bienestar al Estado Pontificio.
Amado por todos, por su bondad y largueza hasta cuando hubo de mostrarse justamente severo, fue misericordioso en la aplicación de las penas.
Por una constitución estableció que el Año Santo fuese celebrado cada 25 años, como se hace todavía. Protegió a los literatos, y procuró al pueblo de Roma fiestas y diversiones.
Murió de apoplegía la noche del 25 de julio de 1471.
Quiere hacérsele aparecer como un enemigo del Humanismo, y se le reprocha la condenación de Platina y de Pomponio Leto. Pero a través de los actos de su vida se puede ver que no era contrario a la cultura, sino a la corrupción escondida tras la máscara de la cultura, que tal era precisamente el Humanismo en aquellos tiempos, y que si bien es verdad que encarceló a aquellos dos humanistas, lo hizo porque eran acusados de conjuración contra el papa, de modo que cuando dichas acusaciones no pudieron ser probadas, el Pontífice les devolvió la libertad. Para demostrar su amor por la cultura, baste decir que en aquel tiempo se introdujo en Roma el arte de la imprenta; que embelleció la ciudad con el magnífico palacio de San Marcos (ahora palacio de Venecia); que fué un apasionado coleccionador de objetos preciosos y raros, y que restauró muchos monumentos de la antigua Roma.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
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