“De hecho, Venerables Hermanos e Hijos amados, se trata de reconocer el poder (de esta Sede), incluso sobre vuestras iglesias, no sólo en lo que se refiere a la fe, sino también en lo que se refiere a la disciplina .
El que niega esto es un hereje;
el que reconoce esto y se niega obstinadamente a obedecer
es digno de anatema.”
S.S.Pío IX
1 de septiembre de 1876, al clero y fieles del Patriarcado babilónico de los caldeos que están en gracia y comunión con la Sede Apostólica.