VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

SAN LORENZO DE DUBLIN, Obispo y Confesor



14 de noviembre del Año del Señor
SAN LORENZO DE DUBLIN,
Obispo y Confesor

Vosotros al presente a la verdad padecéis tristeza;
pero yo volveré a visitaros, y vuestro corazón
se bañará en gozo, y nadie os quitará vuestro gozo.
(Juan, 16).

A la edad de diez años, el joven Lorenzo, irlandés, debió ser entregado por su padre como rehén, y fue cruelmente maltratado por espacio de dos años. Pidió, después, entrar al convento de Glendalough, del que llegó a ser abad a los 25 años de edad, para ser elevado a la sede arzobispal de Dublín trece años después. Gobernó su abadía como su iglesia, en los tiempos más difíciles, Con admirable piedad y gran sabiduría. Murió en Eu, en Normandía, en el curso de un viaje, el 14 de noviembre de 1180.


ORACIÓN

Escuchad, Señor, las oraciones que os dirigimos en la fiesta del bienaventurado Lorenzo, vuestro confesor y pontífice; y por los méritos de aquél que tan dignamente os ha servido, perdonadnos nuestros pecados. Por J. C. N. S. Amén.


MEDITACIÓN SOBRE LA FELICIDAD DE LOS MALOS
y LAS AFLICCIONES DE LOS JUSTOS


Minucio Félix

I. Aquí abajo los malos a menudo nadan en prosperidad y abundancia. Dios, previendo que serán condenados por sus crímenes, les concede esta felicidad temporal para recompensar algunas buenas acciones que han hecho. ¡Dichosos de este mundo, temblad y llorad! Dios os trata como a un enfermo desahuciado a quien el médico permite todo lo que desea. Son víctimas que se preparan y se coronan de flores antes de inmolarlas. (Minucio Félix).

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San Gregorio Nacianceno

II. Los justos, por el contrario, a menudo son afligidos en este mundo, porque su Padre celestial no quiere que los bienes de la tierra les arrebaten los del cielo. Alegraos, pues, vosotros que sois pobres y estáis afligidos, porque las aflicciones que os hacen gemir son señal de predestinación. Os apegaríais a los placeres de la tierra, no pensaríais en las delicias del paraíso, si en este mundo tuvieseis todo lo que deseáis. Los males que nos abruman aquí nos urgen ir a Dios. (San Gregorio).

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Tertuliano

III. El teatro cambiará de escena tanto para el justo como para el impío. El impío ha gozado durante su vida: una tristeza eterna sucederá a este gozo de un momento. Justos, habéis vivido en la tribulación: consolaos. Dios os colmará de un gozo eterno; necesariamente hay que sufrir en este mundo o en el otro. Las cosas deben cambiar de faz; ellos gozan y nosotros estamos en la tristeza; lloremos, pues, mientras ellos están alegres, a fin de estar alegres cuando ellos viertan lágrimas. (Tertuliano).

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.

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*En efecto, mis queridos hermanos y hermanas. Esta meditación debería hacernos temblar de espanto, si somos de esos ciegos neopaganos que sólo viven para satisfacer su orgullo, su sensualidad y su vanidad, pues vemos claramente como Dios, en su infinita justicia y providencia, ha dispuesto que los impíos deban gozar aquí en esta vida fugaz por algún tiempo, dándoles prosperidad material y salud corporal en pago por algunas buenas obras que hayan hecho, pero en cuanto les llega la hora de rendir cuentas ante el Juez Eterno, los pobres se encuentran prácticamente con las manos vacías, pues casi todo lo que hicieron de bueno, fue únicamente para satisfacer su amor propio y su vanidad, sin tener en cuenta a Dios. Del mismo modo, los justos que perseveran en el servicio de Dios son oprimidos y ridiculizados por el mundo y sus locos amadores, que no entienden cómo es posible que los discípulos de Jesucristo puedan estar moderadamente felices en medio de las tribulaciones, indicio claro y evidente de que los mundanos no comprenden el misterio de la cruz, sino que se escandalizan y huyen del sufrimiento y de todo lo que implique mortificar su voluntad y su amor propio. Sin embargo, la cruz y los desprecios son señal clarísima de predestinación, pues Dios ha dispuesto en su infinita sabiduría que sus justos padezcan durante este tiempo de peregrinación, de modo que, mediante las aflicciones, nuestro espíritu se separe de las vanidades terrenas y pueda remontarse hacia lo alto, hacia los bienes eternos que jamás perecen. Por tanto, si nos sentimos agobiados y apretados por todas partes, no caigamos en la tentación del desánimo, sino que pensemos que el Señor nos envía esas penalidades para probarnos y purificarnos de nuestro orgullo inmortificado, pues Él corrige y reprende a quienes ama y quiere hacer suyos por la Fe y las obras. (Apocalipsis 3,19).


*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.


14 de Noviembre del Año del Señor.
SAN LORENZO
DE DUBLÍN
Obispo y Confesor
n. 1128 en Kildare, Irlanda;
† 14 de noviembre de 1180 en Eu (Normandía), Francia

Vosotros, al presente, a la verdad padecéis tristeza; pero yo volveré a visitaros, y vuestro corazón se bañará en gozo, y nadie os quitará vuestro gozo. (Juan 16, 22)

+ San Josafat, de la Orden de san Basilio, Obispo de Poloczk y Mártir, cuyo triunfo se menciona a 12 de Noviembre.
+ En Gangres de Paflagonia, san Hipacio, Obispo, que, al volver del gran Concilio de Nicea, acometido a pedradas en el camino por los herejes Novacianos, murió Mártir.
+ En Heraclea de Tracia, el triunfo de los santos Mártires Clementino, Teódoto y Filomeno.
+ En Alejandría, san Serapión, Mártir, a quien, en tiempo del Emperador Decio, atormentaron los sayones tan inhumanamente, que le descoyuntaron primero todos los miembros, y luego le precipitaron de lo alto de su propia casa, y de este modo le hicieron glorioso Mártir de Cristo.
+ En Troyes de Francia, san Venerando, Mártir, en el imperio de Aureliano.
+ En Francia, santa Veneranda, Virgen, la cual, siendo Emperador Antonino y Presidente Asclepíades, recibió la corona del martirio.
+ En Emesa de Fenicia, el martirio de muchísimas santas mujeres, que, por orden del cruelísimo caudillo de los Árabes Mady, fueron por la fe de Cristo bárbaramente atormentadas y muertas.
+ En Bolonia, san Jocundo, Obispo y Confesor.
+ En Eu de Francia, san Lorenzo, Obispo de Dublín.
+ En Argel de África, San Serapión, el primero de los religiosos de la Orden de nuestra Señora de la Merced, Redención de cautivos, que, por rescatar los cautivos cristianos y predicar el Evangelio, clavado en una cruz y despedazado miembro a miembro, mereció la palma del martirio.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

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