VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

INSTRUCCIONES DE LOS MONASTERIOS JANSENISTAS

Religiosas Jansenistas de Port-Royal
Mère Agnès Arnauld y Mère Angélique Arnauld

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He aquí en compendio las máximas que en forma de Constituciones se dieron a aquellas Religiosas, y con las cuales los Confesores Jansenistas formaron el espíritu de las de Port-Royal.

Se ordena que no deben extrañar, ni tener dificultad alguna, en seguir las proposiciones de Jansenio y su doctrina, aunque estén formalmente condenadas por muchos Papas; pues habiendo visto por la Historia Eclesiástica, que se ha leído en sus refectorios, que los Papas Liberio, Honorio y otros habían caído en herejía, puede muy bien suceder que sus sucesores hayan errado también, condenando la doctrina de Jansenio.

Deben extrañar mucho menos que los Prelados, Obispos, Doctores de las universidades, y otras personas de mérito conocido, se hayan sometido en tanto número a las Constituciones Apostólicas que condenan esta doctrina, y por lo tanto hayan abandonado las verdades jansenísticas; pues fácilmente encontrarán en las santas Escrituras que Caifás, sumo Sacerdote de la ley antigua, y los Fariseos, que eran los Doctores de la ley, y todo el pueblo judaico, que formaba la Iglesia de aquel tiempo, abandonaron y crucificaron al Hijo de Dios, que era la verdad eterna.

No debe causarles admiración ni cuidado el verse obligadas a no obedecer al Papa, a su Arzobispo, y demás Superiores y Directores que tuvieren esta condenación por verdadera; pues el Hijo de Dios enseña en el Evangelio, que si un ciego guia a otro ciego, los dos caerán en el precipicio

Deberán servirse para regla de su conducta de las luces y sublimes verdades que les enseñarán sus nuevos Confesores, las cuales ignoraban todos los otros, debiendo traer a la memoria lo que dice la Escritura que en los últimos siglos apenas habrá fé en los hombres; por lo mismo deben llenarse de consuelo, y dar gracias al Señor de que se ha complacido escogerlas, en el corto número predestinado a seguir al Hijo de Dios, cuando a tantas ha dejado vagar por el camino ancho que conduce a la perdición y a la muerte eterna. [Los Jansenistas son predistinacionistas como los Calvinistas]

Deben estar seguras de permanecer en la Unidad de la verdadera Iglesia, aun cuando no obedezcan al Papa y a los Obispos que las quisieren obligar a suscribir el Formulario, contrario a la doctrina jansenística; pues la verdadera Iglesia no es mas que la "Congregación de los fieles unidos entre sí por el vínculo de la fé y de la caridad, que inspira y manda nuestro Legislador Jesucristo."

Deben con una generosa elevación de espíritu y grandeza de ánimo no hacer caso alguno de las excomuniones que les intimen, ó con que les amenacen el Papa y los Obispos; pues éstas recaerán más bien sobre los que las fulminaren, y ellas, a pesar suyo, y no obstante aquellas censuras, vivirán invisiblemente unidas a Jesucristo.

Deben sufrir con toda paciencia la privación de los Sacramentos [Los confesores las obligaban a no comulgar en una suerte de Donatismo] y de la Divina palabra, acordándose de lo que dice el Profeta, que Dios por sí mismo enseña a todos los hombres: que el justo vive por la fé; que el espíritu es el que vivifica, y la carne de nada aprovecha; que santa María Egipciaca, y muchísimos otros Anacoretas, pasaron la mayor parte de su vida sin comulgar; que los Sacramentos son comunes a los buenos y a los malos, y el amor suple por todo; y por respecto a sí, estén seguras de que viven de este amor, y esta comida les basta para su vida espiritual: que en virtud de este amor santo, aunque estuviesen por la excomunión, exteriormente separadas de la Comunión de la Iglesia, son dignas de asistir al Altar invisible en el Cielo, sobre el cual Jesucristo, Pontífice Sumo, se ofrece continuamente a su Eterno Padre a sí mismo, y a todos los que son miembros vivos de su cuerpo por la fé y por la caridad.

Finalmente, para animarse a permanecer constantes en los buenos sentimientos que les fueren inspirados, deben considerar que tendrán la gloria de haber sostenido valerosamente los intereses de la verdadera Iglesia [Desobedeciendo al Papa], terminadas que sean las presentes persecuciones; y que la Iglesia reside más bien en las personas que conocen y aman la verdad, que no en todas las otras, de cualquier estado o carácter que sean, o puedan ser. 


Estas máximas escandalosas, impías, cismáticas y hereticales, se ven al pie de la letra sostenidas en ciertos folletos jansenísticos, en los cuales se hace un abuso sacrílego de la palabra de Dios para inspirar y afirmar en sus ciegos discípulos y secuaces la rebelión á la Iglesia. La lástima es que lo consiguen påra eterna ruina de muchas personas, que á la ninguna ó poquísima ciencia reúnen una gran dosis de presunción, lo que particularmente ha sucedido en algunos Eclesiásticos, y en otros que por un espíritu de soberbia desean distinguirse y singularizarse; lo que especialmente se ha verificado en las mujeres así seculares como religiosas.

Nota bene:
Es un resumen en forma de ficción de cómo actúan los jansenistas.

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¿LOS JANSENISTAS SON O NO JACOBINOS?
pp 227 ss

https://www.google.es/books/edition/Biblioteca_de_religi%C3%B3n_1828_375_p/rve74Lb9CHcC?hl=es&gbpv=0

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