VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

Mons. GAUME - ¿PARA QUÉ SIRVE EL PAPA? (XI)


Mons. Jean-Joseph Gaume


XI - ¿POR QUÉ EL PAPA SIRVE PARA TODO?

El Papa sirve para todo, y él es todo lo que acabamos de decir, no porque sea hombre, sino porque es Papa. El hombre es un billete de banco. Por sí solo, el billete no es más que un trozo de papel. Lo mismo ocurre con el hombre. Pero el billete vale lo que representa. Lo mismo ocurre con el hombre que se hace llamar el Papa.

¿Cuánto vale el Papa? Lo que representa.
¿Qué representa el Papa? A Dios mismo.


Elegido depositario de Dios y depositario único, en él se concentra todo lo que, en el orden moral, Dios es para el mundo civilizado. Para el mundo civilizado, Dios lo es todo: religión, sociedad, familia, derecho, justicia, dignidad, libertad, seguridad. El Papa es todo esto.


Vicario de Dios, todos estos tesoros provienen del Papa como el calor y la luz del hogar incandescente; a medida que la sangre sale del corazón y lleva vida a todas las partes del organismo. Por el Papa, estas fuerzas elementales son puestas en acción, mantenidas en armonía, aplicadas en la medida adecuada, según los climas, los tiempos y las personas. Lo que todos los seres deben decir sobre el Creador, los principios civilizadores de las naciones cristianas lo pueden decir cuando hablan del Papa. Es en él donde tenemos vida, movimiento y ser: In ipso enim vivimus, et movemur, et sumus.


Si se quita al Papa, el billete divino se rompe. El valor que representa ya no existe. Las necesarias transacciones entre poder y deber se hacen con el papel moneda de los cambios políticos, expedientes efímeros, asignaciones sin garantía, debiendo darles moneda los proyectiles de los cañones estriados o los adoquines de las barricadas. Es, pues, evidente que al atacar a S.S. Pío IX no se ataca al hombre, sino al Papa; y atacando al Papa atacamos al mismo Dios, que se entregó a la humanidad cristiana y se constituyó en medio de ella para elevarla a Sí mismo.


Habiendo caído el Papa, hay que repetirlo, la idea soberana del Dios redentor, del Dios civilizador, vuelve a caer al estado de letra muerta, para pronto perderse en el polvo de la duda y terminar en la nada de la negación universal, esto es, la apostasía total, con todas sus consecuencias.


Estas verdades fundamentales reflejan la enormidad del ataque que se está cometiendo hoy.


Continuará...

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