VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

SAN ZACARÍAS y SANTA ISABEL


5 de noviembre del Año del Señor

SAN ZACARÍAS y SANTA ISABEL

Al que tiene, se le dará,
y estará en la abundancia;
más al que no tiene se le quitará
aun lo que tiene.
(Mateo, 13, 12).


San Zacarías, sacerdote de la antigua Ley, y su esposa Santa Isabel, tuvieron el honor de tener por hijo a San Juan Bautista, precursor del Mesías. Fuera de lo que el Evangelio nos enseña acerca de la aparición del ángel a Zacarías, sobre el uso de la palabra, perdida en castigo de su incredulidad y recobrada al nacer San Juan, sobre las maravillas cumplidas con ocasión de la visita de la Madre de Dios, ninguna particularidad conocemos de la vida de los dos augustos esposos.


ORACIÓN

Haced, oh Señor, que seamos ayudados por las oraciones de San Zacarías y de Santa Isabel, a fin de que recibamos por su intercesión la que no podemos obtener por nosotros mismos. Por J. C. N. S. Amén.


MEDITACIÓN CÓMO DEBEN USARSE
LAS GRACIAS DE DIOS

I. Dios da a todos los hombres gracias suficientes para salvarse, si ellos quieren aprovecharlas; pero los cristianos reciben muchas más que los otros. Agradece a Dios estas gracias, sobre todo la de tu vocación al cristianismo, que es la fuente de gran número de otras.Y sabe que serás castigado más severamente que los paganos, si no sacas provecho de las gracias que Dios te concede tan generosamente. Tanto más graves son nuestros pecados cuanto más abundantes fueron en nosotros las gracias. (San Cesáreo).

II. Abúsase de la gracia cuando se resiste a sus inspiraciones, se aplaza el obedecerla, o se rehúsa escuchar lo que nos dice en el fondo del corazón. Escucha la voz de Dios que te habla; para oírla, huye del ruido del mundo, calma las tempestades que las pasiones excitan en tu alma, obedece sin tardanza. Camina mientras tienes luz y no remitas tu conversión a la hora de la muerte.

III. Recompensa de los que aprovechan las gracias de Dios es recibir otras mayores, como castigo de los que de ellas abusan es ser privados de las que les estaban destinadas. ¡Ten cuidado!, la gracia que desprecias será, acaso, causa de tu reprobación. No has querido trabajar por tu salvación cuando lo podías; vendrá la muerte y te quitará la posibilidad de hacer algo por tu alma. Justo castigo del pecado es no poder ya practicar la virtud después que se ha rehusado hacerlo cuando se podía. (San Agustín).

*Así es, mis queridos hermanos. Debemos aprovechar muy bien las gracias que Dios nos envía por pura misericordia y liberalidad suyas, pues bien podrían ser las últimas si nosotros las despreciamos y preferimos hacer nuestra voluntad rebelde. Cada gracia que la Trinidad Santa e Indivisa nos manda le ha costado toda su Preciosa Sangre al Hijo de Dios N.S.J.C., que se encarnó, padeció y murió únicamente para rescatarnos de la muerte eterna que teníamos merecida en pago por nuestras iniquidades y transgresiones. El conformismo mediocre y el no querer avanzar en la obra invisible de nuestra santificación entristecen mucho a Dios, que se ve como obligado a respetar nuestra voluntad torcida y nos retira otras gracias que Él tenía destinadas para nosotros, lo cual es la mayor desgracia que puede acaecernos, pues en la vida espiritual, quien no avanza y se estanca hace lo mismo que quien retrocede y echa por tierra todo el trabajo que el Espíritu Santo Paráclito había realizado en él. Por tanto, hagámonos acreedores a nuevas y mayores gracias mediante la reforma de nuestra vida, pidiéndole a la Santísima Virgen María que purifique nuestros cuerpos y santifique nuestras almas. Seamos muy humildes y compasivos con todos, para que el Padre Eterno pueda ver en nosotros una imagen clara y perfecta del Divino Hijo. Seamos también ávidos conocedores y amadores de la Sagrada Escritura, pues la Palabra de Dios debe habitar en nosotros y servirnos de sustento y defensa en mitad de esta espantosa gran tribulación espiritual que dura ya demasiado. Bebamos también en las fuentes del sagrado Magisterio infalible de los Vicarios de Cristo, para que podamos hacer frente a las insidias y fábulas urdidas por los falsos profetas que tanto proliferan hoy para desgracia de los tibios e incautos.

 
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.

*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.

5 de Noviembre del Año del Señor.
SAN ZACARÍAS Y SANTA ISABEL

Al que tiene, se le dará, y estará en la abundancia; mas al que no tiene se le quitará aun lo que tiene. (Mateo 13, 12)

+ San Zacarías, Sacerdote y Profeta, que fue padre de san Juan Bautista, Precursor del Señor.
+ Igualmente santa Isabel, madre del mismo santísimo Precursor.
+ En Terracina de Campania, el triunfo de los santos Mártires Félix, Presbítero, y Eusebio, Monje. Eusebio, por haber enterrado a los santos Mártires Julián y Cesareo, y convertido muchos a la fe de Cristo, a quienes bautizaba el Presbítero san Félix, fue preso juntamente con el mismo Félix; y conducidos al tribunal del Juez, mas no vencidos, encerrados en una cárcel, ambos en la misma noche, por no querer sacrificar a los ídolos, fueron degollados.
+ En Emesa de Fenicia, los santos Mártires Galación y Epistema, su mujer; los cuales, en la persecución de Decio, cruelmente azotados, cortados los pies, las manos y la lengua, y últimamente la cabeza, consumaron el martirio.
+ Igualmente, los santos Mártires Domnino, Teótimo, Filoteo, Silvano y sus Compañeros, siendo Emperador Maximino.
+ En Milán, san Magno, Obispo y Confesor.
+ En Brescia, san Dominador, Obispo.
+ En Tréveris, san Fibicio, que de abad fue creado Obispo de la mencionada ciudad.
+ En Orleáns de Francia, san Leto, Presbítero y Confesor.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

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