VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

 



21 de noviembre del Año del Señor
LA PRESENTACIÓN
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Ninguno puede servir a dos señores, porque tendrá
aversión al uno, y amor al otro, o si se sujeta
al primero, mirará con desdén al segundo.
No podéis servir a Dios y a las riquezas.
(Mateo, 6, 24).


María fue presentada en el Templo por sus padres a la edad de tres años, para ser educada allí santamente en el servicio del Señor. Los padres y las madres de las principales familias de Jerusalén concurrieron al Templo para rendir homenaje a la familia de David, y los ángeles cubrieron a la niña con sus alas y cantaron en armonioso concierto. Aunque niñita, conocía ella la grandeza del Señor a quien iba a servir. Así, para llegar hasta el pontífice Zacarías, subió las gradas del Templo con una firmeza y una agilidad que excedían la de su edad. El Espíritu de Dios que animaba su alma suplía la flaqueza de su cuerpo.


ORACIÓN

Oh Dios, que habéis querido que la Bienaventurada María, siempre virgen, en quien residía el Espíritu Santo, fuese hoy presentada en el Templo, haced, por su intercesión, que merezcamos ser presentados en el templo de vuestra gloria. Por J. C. N. S. Amén.


MEDITACIÓN SOBRE LA PRESENTACIÓN
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

I. Desde los tres años de edad, es decir, lo más pronto que puede, María se consagra al servicio del Señor. Sus padres la ofrecen con gusto a Aquél que se las había concedido accediendo a sus plegarias. ¡Dichosos los que desde tierna edad comienzan a servir a Dios! ¿Qué esperas tú para darte a Dios? Dale todo lo que tengas; nada perderás en el cambio, porque Él se dará a ti enteramente. Es un cambio ventajoso abandonar todo por un bien que es superior a todo. (San Bernardo).

II. María, en este día, ofrece al Señor todo lo que tiene, todo lo que puede hacer, y todo lo que es; en una palabra, se da a Él sin reserva. ¿Imitas a María, tú que das a Dios una partícula de tu corazón y que lo reservas por entero para el mundo y para ti mismo? Quieres dividir tu corazón entre las creaturas y Dios; es imposible. ¡Señor, es tardar demasiado no darme a un Señor tan bueno! Os ofrezco mi cuerpo y mi alma, todo lo que tengo, todo lo que puedo y todo lo que soy.

III. María se consagra para siempre al servicio de Dios, y si sale del Templo es solamente porque Ella es el templo vivo en que debe habitar Jesús. ¿No es verdad acaso que te has presentado alguna vez a Dios para servirlo? Pero, cobarde de ti, pronto te has cansado de servir a un Señor tan bueno: te has retractado, con tus acciones, de la promesa que le habías hecho! Virgen Santa, preséntame a tu Hijo muy amado; quiero ser todo de Él hasta el fin de mi vida. En un cristiano, no es el comienzo, sino el fin lo que merece elogios. (San Jerónimo).

*En efecto, mis queridos hermanos y hermanas. En la Santísima Siempre Virgen María tenemos el espejo perfecto de la santidad, la humildad, la pureza y la entrega a Dios. Ella no se guardó nada para sí misma, sino que se dio por entero al Señor, que la bendijo y preservó de la mancha del pecado original desde su nacimiento. La Virgen se mantuvo siempre alejada de las miradas impuras del mundo y sus esclavos, siendo ese huerto cerrado que la virtud del Espíritu Santo cubrió para que engendrara al Hijo de Dios N.S.J.C. Ella es el modelo para las Órdenes religiosas, cuyos miembros deben imitar las virtudes de tan santa Madre. Por María vamos a Jesús, pues Ella es el canal por el que fluyen todas las Gracias que Dios derrama sobre la pobre humanidad pecadora. Por tanto, seamos muy agradecidos y generosos con la más buena y dulce de las madres, ofreciéndole la devoción del Santo Rosario diariamente, y pensando en Ella frecuentemente, pues el pensamiento de María Santísima alejará los malos instintos y nos hará humildes y piadosos como la Madre de Dios. Cuando se nos presente algún dilema, preguntémonos qué harían Jesús y María, y pronto recibiremos ayuda de lo alto mediante santas aspiraciones que nos ayudarán a obrar rectamente. Tengamos también mucho cuidado de deleitarnos en cosas mundanas manchadas por la vanidad y la sensualidad, pues todo ello no sólo no agrada a la Virgen Santísima, sino que suponen peligrosos lazos en los que podemos enredarnos y caer lastimosamente después. Para evitar quemarse, es mejor no acercarse al fuego, así que huyamos de cualquier tentación de vanagloria y de querer aparentar ante los demás, procurando siempre complacer a Jesús y a su Santísima Madre, la Reina de los Ángeles y los Santos, para que Ellos nos miren con compasión desde el cielo y nos protejan con sus gracias y auxilios.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.

*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.


21 de Noviembre del Año del Señor.
LA PRESENTACION
DE LA SANTISIMA VIRGEN

Ninguno puede servir a dos señores, porque tendrá aversión al uno y amor al otro, o si se sujeta al primero, mirará con desdén al segundo. No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mateo 6, 24)

+ En Jerusalén, la Presentación en el Templo de la bienaventurada Virgen María, Madre de Dios.
+ El mismo día, el tránsito de san Rufo, de quien escribe san Pablo Apóstol a los Romanos.
+ En Roma, el martirio de los santos Celso y Clemente.
+ En Reims de Francia, san Alberto, Obispo de Lieja y Mártir, que por defender la libertad eclesiástica fue asesinado.
+ En Ostia Tiberina, los santos Mártires Demetrio y Honorio.
+ En España, los santos Mártires Honorio, Eutiquio y Esteban.
+ En Panfilia, san Heliodoro, Mártir, en la persecución de Aureliano, siendo Presidente Aecio. Después de él sus mismos verdugos, convertidos a la fe, fueron sumergidos en el mar.
+ En Roma, san Gelasio I, Papa, señalado en doctrina y santidad.
+ En Verona, san Mauro, Obispo y Confesor.
+ En el monasterio de Bobio, el tránsito de san Columbano, Abad, que fue Fundador de muchos monasterios y Padre de gran número de Monjes, y esclarecido en muchas virtudes, descansó en buena vejez.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

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