SAN SIRICIO (384-398)
Este Papa promulgó decretos generales sobre asuntos de disciplina canónica y litúrgica; sostuvo la necesidad de la pureza y santidad de los eclesiásticos y el derecho del obispo de Roma a corregir a los equivocados. Es célebre su carta a Himerio de Tarragona en la que fija puntos esenciales de disciplina.
Su pontificado fue turbado por la herejía de los priscilianistas, que practicaban un ascetismo exagerado, y por la de Joviniano y Bonoso, que entre otras cosas negaban la virginidad de María.
Restauró la basílica de San Pablo.
Fue sepultado en el cementerio de Priscila, y Pascual II trasladó sus reliquias a Santa Práxedes.
SAN ANASTASIO I (399-402)
Fue romano, hijo de Máximo.
Durante su pontificado se enconó aún más la cuestión sobre las doctrinas de Orígenes, iniciada bajo su antecesor. No consta que Anastasio hubiese tomado ninguna medida contra el defensor de Orígenes, Rufino, como algunos quisieran sostener.
Tuvo también que ocuparse de la cuestión de los donatistas.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945