SAN BONIFACIO I (418-423)
Hombre docto y prudente, obtuvo la confianza de Inocencio I. El cisma de Eulalio dificultó su elección. Honorio, que reconoció los derechos de Bonifacio, hizo expulsar de Roma al antipapa. Así se inició la ingerencia laica en la elección de los papas, tan funesta para la Iglesia.
SAN CELESTINO I (423-432)
Fue romano y, según parece, pariente de Valentiniano III. No obstante algunas tentativas por parte de Eulalio, su elección fue pacifica. Ordenó e introdujo una salmodia oficial y regular en el oficio divino; puso fin a la cuestión del sacerdote Apiario, que, convicto y confeso de muchos delitos, fue condenado.
Pero el hecho más importante de su pontificado fue la herejía de Nestorio, patriarca de Constantinopla, que entre otras cosas negaba la divina maternidad de María. Habiendo sido denunciado por San Cirilo de Alejandría, Celestino convocó un concilio en Roma en el que Nestorio fue condenado, encargando el Pontífice a San Cirilo intimarle la excomunión. Consintió luego en que Teodosio II reuniera un concilio en Efeso, el año 413 (el tercero ecuménico), al que mandó sus legados con instrucciones precisas y de donde Nestorio salió otra vez solemnemente condenado.
Rebatió a los mesalianos y a los semipelagianos, y quitó a los cismáticos novacianos las iglesias que tenían todavía en Roma.
Envió a San Patricio a Irlanda y a San Paladio a Escocia para que difundieran el cristianismo.
Fue sepultado en la basílica de San Lorenzo.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945